Confesión
El testimonio más personal de William de Inglaterra: "el año más duro" de su vida
El Príncipe de Gales ha descrito públicamente el impacto de los diagnósticos de cáncer de Kate Middleton y de Carlos III
La realeza británica siempre fue educada para llorar en silencio. Recordemos la conmovedora imagen de Isabel II, encorvada y diminuta, sin derramar una lágrima en el funeral de su esposo, el duque de Edimburgo, o la de los príncipe Harry y William, aún niños, conteniendo el llanto cuando desfilaban detrás del ataúd de su madre, Diana de Gales.
Isabel II solo se permitía expresar su dolor en días como hoy, Domingo del Recuerdo, un momento oportuno para llorar por las vidas que se perdieron en la guerra de Gran Bretaña, según la comentarista real Victoria Arbiter, quien pasó parte de su infancia en el Palacio de Kensington como hija de la secretaria de prensa de la reina.
Ese estoicismo ha dejado de ser el sello de los Windsor. Los Príncipes de Gales han abierto el camino a una monarquía moderna y más cercana a la sociedad y esto pasa por expresar su dolor cuando las circunstancias lo requieren. Esta semana, el heredero habló por primera vez en la cadena BBC del impacto que supuso para sus vidas los diagnósticos de cáncer de su esposa Kate y de su padre, el rey Carlos.
Fue el jueves de la semana pasada, durante el último día de su visita de cuatro días a Sudáfrica como anfitrión del premio medioambiental Earthshot, cuando el príncipe no dudó en abrirse en canal cuando le preguntaron los periodistas sobre su situación personal. "Ha sido terrible. Probablemente ha sido el año más duro de mi vida. Así que intentar superar todo lo demás y mantener todo en marcha ha sido realmente difícil".
El príncipe no escatimó detalles al describir con gesto serio el momento: "Desde un punto de vista familiar y personal, ha sido brutal". Tuvo también palabras para mostrar el orgullo que siente por el modo que han tenido tanto su esposa como su padre de "manejar las cosas". Aunque estos episodios recuerdan a aquel annus horribilis que bautizó su abuela Isabel II, el balance de William de Inglaterra es esperanzador y se queda con las últimas noticias positivas.
Desde abril, Carlos III cumple sus obligaciones reales. Por su parte, Kate va recuperando progresivamente y con cautela sus apariciones públicas después de anunciar en septiembre que había puesto fin a sus sesiones de quimioterapia. "Kate está realmente bien", zanjó ante los periodistas. También él, como ha recordado Charles Hardman, autor del libro “Charles III. New King. New Court. The Inside Story”, ha dado muestras de una gran fortaleza durante todo este tiempo. "Ha sido un año muy duro. Por un lado, él está ayudando a su esposa a superar una enfermedad muy grave y, por otro, se espera que sustituya a su padre, que sufre de cáncer".
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