
Relojería
Coolwake: cuando las horas no pasan en balde
La historia y la herencia creativas de las marcas de moda y relojería son las referencias de los últimos diseños que llegan

Estos días asistimos a cómo la moda se impregna de cierta melancolía. La primera colección de Glenn Martens como director creativo de Margiela Artisanal recordaba esta semana a los inicios de su fundador, algo similar al estreno de Jonathan Anderson en Dior, cuyas propuestas parecían tener cierto guiño a la famosa colección de «Les Incroyables», con la que John Galliano se hizo un hueco en la moda. La relojería, que se ha convertido en un actor más de ese sector, no escapa tampoco a estas referencias. Cada vez son más las casas que rescatan diseños de su archivo o fomentan colaboraciones que buscan no solo el éxito comercial, sino también reivindicar un patrimonio propio.
Es el caso, por ejemplo, de la icónica Time Force que acaba de introducir en el mercado el modelo Coolwake, que reivindica a la vez que actualiza un diseño de principios de 2000: «La historia es el legado de toda marca, así que la importancia de este modelo es absoluta ya que sirve de homenaje a nuestra raison d’être y es un referente de fidelidad a nuestro valores y ADN», asegura a LA RAZÓN el director general de la casa para Europa, Marcello Trusendi.
Presentación en sociedad
Como una de las novedades, además, que han incorporado este año está la propia presentación del reloj, que se ha realizado en verano, cuando Time Force acostumbre a citar a sus fanáticos en otoño para conocer sus propuestas. El aire veraniego y fresco de su caja posiblemente sea una de las justificaciones de este cambio, aunque nadie puede negar tampoco que en estos días la moda vive unos tiempos en los que se busca replantear el propio modelo de negocio. Pero, ¿un reloj es moda?
Trusendi lo explica: «La relojería es parte de la moda y me atrevo a decir que ya nadie compra un reloj por la expresa necesidad de ver la hora. Lo entendemos como un complemento o extensión de nuestro estilo, gustos o personalidad». De ahí que también venga con dos correas, una de silicona y otra elástica tipo paracord con hebilla magnética que contribuyen a una mayor personalización de este diseño.
Y, como sucede siempre en los grandes relojes, su mayor secreto se esconde en el interior de su caja de 43 mm realizada en Grimaldi TR90. Ahí es donde encontramos el movimiento japonés de alta precisión con complicación de cronógrafo del nuevo Coolwake.
Con la firma de relojes Time Force nos pasa algo similar que con la modelo Claudia Schiffer con Chanel o el actor George Clooney con el café en cápsulas: Cristiano Ronaldo, Rafael Nadal o Gerard Piqué son algunos de los nombres en los que pensamos cuando hablamos de ella.
Ellos definieron un estilo que regresa por sus fueros para encontrarse con las nuevas generaciones: «Siempre hemos dicho que los jóvenes son tus futuros compradores», explica Trusendi. Y para conquistarlos, la compañía tiene claro el camino a seguir (si es que no están ya conquistados): por una parte, el «concepto/diseño» y, por otra, el precio: 220 euros.
Sentido de pertenencia
Ahora que acabamos de ver que un bolso puede superar la cantidad de los siete millones de euros, no nos viene mal reconciliarnos con la vida viendo cómo hay propuestas como las del Coolwake que consiguen llegar a prácticamente todos los bolsillos: «Es un diseño que aporta una evolución y mejora notable a nivel de materiales en el contexto actual de su concepto relojero, de lo que fue un modelo rompedor y disruptivo en su momento, trasladado a la actualidad con un enfoque fresco sin perder la esencia de lo que lo hizo reconocido en primer lugar», detalla Trusendi que habla también de «una función más intangible de pertenencia y satisfacción» que se consigue al portar un modelo como ese. Y es que, si las horas no van a volver, al menos que podamos disfrutarlas.
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