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Las imágenes de la macromudanza de María Teresa Campos: de Málaga a Pozuelo y a un trastero

Cuatro días de mudanza, 30 operarios, 10 furgonetas, 3 vecinos y 1950 euros al mes...

María Teresa Campos en su casa
María Teresa Campos en su casaGENGTRES

Martes 9:30 horas. Una comitiva de furgonetas con el logo «Mudanzas Agustín» se adentra en el urbanización de Molino de la Hoz y sube por la empinada cuesta hasta llegar a la casa de María Teresa Campos. Se trata de un chalet señorial, de estilo clásico, con paredes blancas y techos de pizarra. Cuatro días de mudanza, con más de 30 operarios, en los que la periodista vaciaba su chalet de 1.600 metros cuadrados, metiendo en cajas toda una vida. Sillones, sillas, camas, lámparas y alfombras han desfilado estos días hasta la nueva casa.

La malagueña abandonaba la que fue su casa durante 20 años para comenzar una nueva vida a los 80 en un piso de alquiler. Lejos de mudarse a un nuevo casoplón, la veterana periodista se muda a un modesto piso en una urbanización de Aravaca, en la zona de Valdemarín. Lejos de las estancias grandes, las piscinas climatizadas y las parcelas con miles de metros cuadrados de su antigua morada, María Teresa se ha mudado a un hogar más humilde. Lejos de mudarse a un ático con 140 metros de terraza, como se ha publicado, la nueva casa es más sencilla.

La que fuera casa de María Teresa Campos
La que fuera casa de María Teresa CamposMediasetLas Campos

Se trata de una vivienda de 171 metros cuadrados, concretamente una primera planta, que la presentadora ha alquilado a través de una inmobiliaria. El piso tiene 4 dormitorios, 4 baños, y consta de un amplio hall, aseo, un salón-comedor, dos baños, cocina equipada con office, terraza tendedero y zona de servicio, esta última equipada con dormitorio y baño. La vivienda tiene altas calidades con suelos de mármol, ventanas de climalit o puerta blindada.

La matriarca del clan Campos pagará por ella 1.950 euros al mes, que incluyen los gastos de comunidad y otros extras como el servicio de seguridad 24 horas. Además tiene dos plazas de garaje y un trastero incluidos. La casa está equipada con calefacción por gas natural, tiene aire acondicionado, armarios empotrados y una cocina completamente amueblada y equipada. Aunque María Teresa no podrá disfrutar de la piscina climatizada y el jardín privado de su antigua casa, sí lo hará de la comunitaria de su nuevo hogar.

La presentadora no tendrá problema para afrontar la renta mensual del alquiler. Los 2,5 millones de euros que se ha embolsado por la venta del chalet dan para eso y para más, pero María Teresa tenía claro desde el primer momento que quería algo pequeño y que resultara, sobre todo, cómodo para vivir. Su día a día lo pasa con una persona de servicio que vive interna en la casa, y otra de su confianza en horario laboral. A ellos se incluía hasta ahora su nieta Carmen, que vivía con ella en los últimos meses. El resto del tiempo es Gustavo, su chófer y hombre de confianza, y su inseparable perrita, Lula, quienes la hacen compañía. Al margen de ellos, su vida social consiste en alguna esporádica visita de su hija Carmen y los fines de semana que suele pasarlos con Terelu.

Carmen Borrego ayuda en la mudanza de María Teresa Campos
Carmen Borrego ayuda en la mudanza de María Teresa CamposDaniel GonzalezGTRES

Centro de negocios

María Teresa pasará de vivir sola, como hacía en su antigua mansión de Molino de la Hoz, a compartir rellano con otros 3 vecinos más. «Suficiente. Ella no necesita más», nos comenta una persona de su círculo cercano. La intención de María Teresa es estar cerca de sus hijas y vivir más cerca del centro de Madrid. Cada traslado a la capital no eran menos de 30 minutos en coche, nada que ver con los 15 que le separan ahora, por ejemplo, de la Clínica de La Luz, donde va a rehabilitación. El paso definitivo hacia esa nueva vida lo daba el miércoles pasado. A las 12 de la mañana acudía a una notaría en Pozuelo para firmar los últimos flecos de la compra venta de la casa, que abandonó ayer viernes, cumpliendo el plazo dado por las dos partes. La casa será ahora un centro de negocios. El nuevo propietario José Manuel Gil Roldán, dueño de Alma en Pena y las zapaterías Adela Gil, piensa convertirla en la nueva sede social de la empresa de calzado.