Opinión

Los sábados de Lomana: Bienvenido don Juan Carlos, esta es su casa

«Tengo la sensación de que hacemos el ridículo como sociedad al aguantar este desprestigio»

El Rey Juan Carlos
El Rey Juan CarlosLavandeira Jr.Agencia EFE

En España se inauguró un lenguaje tabernario con Sánchez en su primer debate con Rajoy. Le insultó de tal manera que el popular no reaccionó, porque podría tener muchos defectos pero es una persona educada y cuando se debate con un arrabalero siempre va a ganar el malo. A partir de ahí empezó a correr por tertulias y debates ese lenguaje del insulto y la descalificación. Hemos aguantado todo tipo de mentiras, cinismo y falta de ética de Pedro Sánchez pero su última y vergonzosa aportación al parlamentarismo ha sido descalificar a nuestra Policía y Guardia Civil llamándoles «piolines». Esos «piolines» que cuidan por su seguridad, que se juegan la vida continuamente por salvar la nuestra, no merecen que un presidente de Gobierno tenga tan poca ética y agradecimiento a nuestras Fuerzas de Seguridad para tratarlas tan despectivamente.

Bastante sufrimos los españoles de bien, cuando el ministro de Interior y Rajoy fueron capaces de abandonarlos a su suerte en Cataluña donde no fueron admitidos o fueron expulsados en algunos hoteles de tercera para más tarde alojarlos en un barco infame con el dibujo del simpático Piolín en el puerto de Barcelona, que fue el pitorreo de la ciudad. Así tratan nuestros políticos a los cuerpos de Seguridad del Estado: sin respeto ni educación. En ese caso el Gobierno de Rajoy se cubrió de gloria, y poco tienen que echarse en cara. El de Sánchez demuestra su vileza superando el listón de la ignominia. Tengo la sensación de que estamos haciendo el ridículo como sociedad aguantando este desprestigio absoluto. Espero y deseo que cuando la sociedad española tome conciencia de la falta de ética y solidez de los que nos gobiernan sea el comienzo de un fin de ciclo.

El Rey Juan Carlos desembarca en Sanxenxo
El Rey Juan Carlos desembarca en SanxenxoRaúl TerrelEuropa Press

Siguiendo con esa política del insulto y la descalificación ahora están en plena euforia las hordas podemitas atacando la vuelta de Don Juan Carlos. Ha venido un fin de semana a ver a sus amigos y a su familia, algo completamente natural en una persona que no tiene por qué justificar el viaje. Nuestro anterior monarca fue abocado a una condena de destierro sin mediar sentencia. No quería perjudicar a la Corona ni a su hijo y puso rumbo a países de Oriente donde se sentía bien acogido, respetado y cuidado. Este destino fue como todos sabemos Abu Dabi. Sin duda le ha sentado maravillosamente el cambio de aires alejándose de un país cainita que solo reconoce errores mirando hacia otro lado ante los muchísimos aciertos. Ha vuelto más joven, ágil y alegre para disfrutar con amigos de unas regatas en Sangenjo. Seguro que desea reencontrarse con nuestro Rey Felipe VI al que no ve hace dos años. ¿Dónde está el problema? ¿Es que no puede volver a estar con sus amigos y navegar? No terminan de concretar delitos los ofendiditos de la «podemia» (adoro este término acuñado por Arcadi Espada) ni siquiera la Fiscalía del Gobierno ha podido hacerlo.

Toda esta campaña contra Don Juan Carlos solo tiene un oscuro objetivo: demoler la Monarquía Costitucional y a Felipe VI, el mejor Rey que podemos tener. Su objetivo es reasentar la monarquía sobre la ética, cuya posible quiebra le obligó a asumirla antes de tiempo. El Rey emérito se irá el lunes. Ahora su hogar esta en Abu Dabi. Vendrá siempre que le apetezca y sienta añoranza por su país. No dude, Señor, que siempre será bien recibido. La mayoría de los españoles estamos encantados de volver a verle, como le están demosrando en la ciudad gallega.