Repaso

La crónica de Marta Robles: Un príncipe rana, una rana príncipe y la venganza de Shakira

Circula por whatsapp una caricatura que dice que Meghan Markle es la primera mujer en la historia que convierte un príncipe en rana…

Tamara Falcó e Íñigo Onieva
Tamara Falcó e Íñigo OnievaTamara FalcóInstagram

Lunes

Empiezo la semana, lamentando el intento de golpe de Estado en Brasil y el terrible domingo que nos ha dejado la violencia machista: dos mujeres asesinadas por sus parejas en Cádiz y Ciudad Real y la detención de un hombre que presuntamente mató a otra con la que mantenía relaciones sexuales en Almería. Me desborda esta lacra incontrolable.

Martes

Me despierto con un whatsapp que recoge una caricatura del príncipe Harry y Meghan Markle en la que él aparece a cuatro patas y ella le sujeta con una correa. El texto dice: «The first woman in history to turn a prince into a frog» (en español, «la primera mujer en la historia que convierte a un príncipe en rana»). Es el mismo día en el que salen legalmente las memorias de duque de Sussex y puestas a la venta unas horas antes de lo que estaba previsto. Y ya aburren a las ovejas. Ni las barbaridades que cuenta de su pérdida de la virginidad a los 17 años con una mujer mayor «que me trató como un semental», ni el consumo de coca, alcohol y marihuana, ni haber matado a «25 personas en Afganistán», ni las peleas con el «malísimo» de su hermano William, ni las broncas de Meghan y Kate Middleton, tampoco el terror a su malvada madrastra (Camilla Parker-Bowles), ni las bromas de su padre sobre su paternidad, ni lo que sufrió con la pérdida de su madre con la que habla través de una médium, ni su circuncisión o su pene congelado consiguen compasión de los lectores. En fin, que la parejita quería alejarse de la corona británica para que la prensa no se inmiscuyera en sus vidas y se ha despachado con entrevistas con Ophra Winfrey, un documental, una serie y un libro (bien escrito por J.R Moehringer), que gozará del interés del público morboso, pero que a mí no me ha hecho ni abrir la copia que me ha llegado.

Miércoles

Tamara Falcó e Íñigo Onieva no solo han vuelto, sino que han celebrado su amor en Laponia. Se fueron en Fin de Año, pero nos ofrecen ahora las instantáneas más «ideales» de su periplo. ¿Qué mejor sitio que el helado Polo Norte, para recuperar el calor perdido? Esa naturaleza «prístina» que dice la marquesa de Griñón, a quien le gusta encontrar siempre el vocablo adecuado y ese «quiero hacerte feliz cada nanosegundo», que confiesa en público su perdonado novio han conseguido que la rana vuelva a ser príncipe… El amor, la complicidad, todo está recuperado. Enseguida vendrán las nuevas declaraciones, las portadas, los beneficios. ¿Qué más da que el viajecito de cuatro días les costara más de 12.000 euros, si eso lo ganan ellos en cuatro días, con dos noticias? En fin, que viva el amor, que con dinero, siempre parece más bonito.

Tamara Falcó e Íñigo Onieva
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Jueves

Servidora, que acaba de escribir un ensayo sobre la relación del amor, el desamor y la pérdida con la creación («Lo que la primavera hace con los cerezos», Espasa), no está ni remotamente impactada con la venganza de Shakira hecha canción. La cantante colombiana no es ni la primera ni la última artista que se despacha con un ex en una de sus obras; aunque, a decir verdad, es la que lo ha hecho de manera más directa, incluyendo incluso el nombre de «la otra» y frases tan despectivas como «cambiaste un Rolex por un Casio». Bueno. Hay escritoras que aseguran que asesinan a los malos amores en sus novelas; otras, como Nancy Crampton, escriben manuales sobre cómo matar al marido… ¡y luego lo matan en la realidad! El cuadro de «Unos cuantos piquetitos», de Frida Kahlo, donde aparece una mujer apuñalada, pudo estar inspirado en la traición de su propia hermana con su Diego Rivera. ¿Y qué decir de los escritores masculinos que lo cuentan todo en sus relatos? Ahí está «La tía Julia y el escribidor», de Mario Vargas Llosa. Y también el cuento de «Los vientos», que escribió en 2020. ¿De qué va?

Habla de un hombre que en el ocaso de su vida se equivoca dejando a su esposa Carmencita (Carmen Patricia se llama su ex, curiosamente) por una mujer que «no valía la pena» y acaba diciendo que «fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ya no me sirve para nada salvo para hacer pipí». Saquen ustedes sus propias conclusiones…

Viernes

¿Qué el plan de fomento de natalidad de la Junta incluye que los médicos de Castilla y León deberán ofrecer a las embarazadas escuchar el latido del feto y una ecografía en 4D? ¿Estamos de broma? ¿Nada de planificación familiar, ni de ayudas, etcétera, sino tortura psicológica para quien decide abortar? Estos de Vox acabarán proponiendo poner imágenes disuasorias como las de los paquetes de tabaco en las cajas de anticonceptivos…