Promete seguir "luchando"

Ágatha Ruiz de la Prada, obligada a demoler parte de su mansión de Mallorca por culpa de los ecologistas

Lleva 25 años de lucha, pero la Audiencia Nacional ha dado la razón a quienes velan por el medioambiente. Ella no está conforme

Ágatha Ruiz de la Prada
Ágatha Ruiz de la PradaGtres

Ágatha Ruiz de la Prada estaba maravillada tras haber podido asistir al Baile de la Rosa y codearse con la jet set europea, como así publicó LA RAZÓN. La diseñadora no cabía en sí de felicidad hace tan solo dos semanas atrás, pero todo se le ha venido abajo cuando ha recibido la peor de las noticias que podría esperar de la Audiencia Nacional. Y nunca mejor dicho lo de venirse abajo, pues precisamente lo que le piden es demoler dos de las zonas clave de su finca Son Servera, levantada en la costa de los pinos de Mallorca. Un enclave privilegiado en el que fijaron su interés los ecologistas, entrando en conflicto directo con la exmujer de Pedro J. Ramírez, hasta el punto de tener que solucionar sus diferencias con la mediación de un juez.

Cuando se divorció del periodista en 2018, acordaron el reparto de sus propiedades. Entre ellas la joya de su corona inmobiliaria en Mallorca, dejando a la diseñadora usufructo de la residencia, aunque la propiedad está a nombre de sus dos hijos, Tristán y Cósima. Eso sí, lo que parece que no quedó tan claro en esta propiedad es qué parte de la finca se entiende de uso privado y qué zonas deberían ser respetadas como lugar de paso público de servidumbre. Algo que ha provocado un interminable cruce de demandas entre Ágatha Ruiz de la Prada y los ecologistas, que se remontan a 25 años atrás. Al parecer el juez ya se ha pronunciado al respecto, aunque la diseñadora no está conforme con la resolución y promete más lucha.

Ágatha Ruiz de la Prada
Ágatha Ruiz de la PradaGtres

Desde la Audiencia Nacional se ha dado la razón al grupo de ecologistas que defienden que algunas zonas de la finca son de uso público y no privado. Así, le han ordenado ya a la diseñadora y a sus hijos como titulares, que deben demoler la piscina y todo el espacio que se encuentra a su alrededor. Pero no es lo único, pues también deberá echar abajo el embarcadero con el que tiene acceso directo al mar y que ha sido declarado ilegal.

Sobre esto se ha pronunciado ya la propia Ágatha Ruiz de la Prada, muy molesta por cómo se ha sentenciado ahora en su contra después de 25 años de interminables litigios y conflictos. No se rinde, ya han pasado suficientes años como para seguir presentando cara en la batalla, de ahí que asegure a la revista ‘Hola’ que seguirá “luchando” para declararse por fin victoriosa tras “veinticinco años con el disgustillo”. Y es que tiene intención de recurrir la sentencia y ver si se cambian las tornas a su favor.

Y es que en este tiempo ha tenido que aguantar mucho por parte de los ecologistas, como cuando en 2005 algunos de ellos asaltaron su propiedad en señal de protesta, quebrándole los nervios y haciéndola vivir momentos incómodos: “Ese momento fue muy violento. Me encantan los ornitólogos. De hecho, mi hijo quiso ser ornitólogo y no entiendo qué tienen que ver con esto. Estoy todo el verano quitando plásticos. Esta piscina es de agua de mar, no gasta agua, funciona con placas solares… Esa piscina se nota que es antigua. Esta piscina está legalizada, lo que pasa es que ha habido una sentencia que ha quitado esta concesión de medioambiente por 75 años. El innombrable estaba bastante amenazado”, decía en su día la diseñadora, que cree que todo responde más a la envidia y no tanto a un sentimiento de protección del medioambiente, del que Ágatha Ruiz de la Prada se considera activista.