Entrevista
Carolina Lapausa: «Superar la anorexia me hizo mejor persona»
«Mi padre es el verdadero artista de la familia. Trabajó en el Museo del Prado»
«Estos días, mi casero me pregunta: ‘‘Qué, ¿no va a la tele?’’. Normal, lleva dos meses viéndome. Cuando estamos grabando, me tiro fuera más de diez horas todos los días. Eso hace que tengas que renunciar a muchas cosas. Y también que acabes con la cabeza a tope. Dicho esto, estoy feliz. Yo digo que esta serie es la triple A: aprender, aprovechar y ahorrar». Carolina Lapausa (Madrid, 1980) habla apasionadamente de su trabajo en «Sueños de Libertad», la serie líder de las tardes de Antena 3. Mientras descansaba por vacaciones, ha recibido el premio de Honor del Festival Łuna de Cortos y les han puesto el lazo a dos proyectos que ella misma ha escrito y que pronto verán la luz. De la otra «Luz», la doctora que interpreta en la ficción, solo nos adelanta «que vienen curvas». Vayan cogiendo sitio.
Trabaja en una serie donde las mujeres dejan de ser «esposa de» o «madre de», para tener protagonismo propio y que, además, arrasa en audiencias.
Si es un sueño, mejor que no la despierten...
Total. Hay un público femenino muy potente, que vamos conquistando con proyección laboral y económica y reclamamos un contenido que esté a nuestra altura.
Luz, su personaje, tiene un carácter impulsivo, independiente y es un pilar para su entorno. O sea, podría ser una mezcla todas las mujeres que habitan en nosotras...
Qué bonita definición… Es una mujer que ha estado muy sola y eso le ha forjado un carácter especial, viene de ser abandonada, no le han puesto las cosas fáciles y una de las cosas que más me cautivan es su generosidad.
De esta primera temporada de «Sueños de libertad», ¿con qué anécdota se volvería loco un fan?
Muchas, las risas en el camerino, los abrazos en los momentos duros y el trío de las chicas de la tienda, que no paran de reír. El día de San Valentín nos escribimos notas anónimas y luego las repartimos.
Las crónicas la bautizan como «una de las actrices más destacadas» y hace pocas semanas le dieron el premio de Honor del festival Luna de Cortos. Estar de moda, ¿hace ilusión o le da vértigo?
Me hace muchísima ilusión porque es cariño y respeto y me siente muy querida. Son muchos años de trabajo y esto es un respiro.
Se parece físicamente a Concha Velasco, a la que además admira. De su generación, ¿a qué otras actrices ve con tan buenos ojos?
A muchísimas. Natalia Sánchez, Marta Belmonte, Alba Brunet, Roser Tapias…Y más en las condiciones en las que trabajamos, con tres equipos a la vez. Todo el día de rodaje, llegar a casa y estudiar. Me levanto a las cinco y media de la mañana.
Interpreta a una doctora en un país donde cada vez hay menos sanitarios y en peores condiciones. ¿Cómo valora esta realidad desde su ficción?
Los médicos son imprescindibles, mi doctora de cabecera nos ha acompañado a mi familia y a mí toda la vida. Es esencial esa figura que te escucha, que te explica las cosas con cuidado, no lo que se dice en internet ni otras habladurías.
Recomienda un libro de Michael Caine para entender una profesión con grandes dificultades. ¿Cuáles ha sufrido?
Estaba estudiando interpretación con 18 años y cuando le contaba a alguien que era actriz, enseguida me replicaban: «¡Pues llora!». Como si fuera tan fácil. Entonces empecé a decir que estudiaba matemáticas. Hay mucho desconocimiento de nuestro trabajo porque la gente solo ve el resultado, no ve el estudio, la formación…Esto es un trabajo de artesanía.
En algunos de sus mensajes en redes usa lenguaje inclusivo. ¿Lo considera importante?
Es una señal de respeto para la gente que tengo enfrente.
También en redes ha reconocido que sufrió anorexia. ¿Cómo logró superarla y qué consejos da?
Conseguir superar la anorexia con ayuda profesional, con psicólogos, y me hizo mejor persona. Me di cuenta de que me faltaban recursos que me llevaron a esa enfermedad. Ahora la frustración no la gestiono sin comer, si no llamando una amiga y desahogándome. Mi consejo es que pidan ayuda y que aunque lo vean todo negro, se puede salir.
Por favor, hablemos de Luis, su padre y al que entrevistaron hasta en TVE...
Es el verdadero artista de la familia, de él he heredado el amor por el trabajo. Tiene ya 80 años, se ha jubilado, pero no puede evitar hacer cosas y mi madre ya no tiene donde guardarlas. Restaura antigüedades y sobre todo marquetería, como antes sus abuelos y sus padres.
Estuvo muchos años trabajando en el Museo del Prado de Madrid. Tiene dos proyectos escritos. ¿Dirigir es su próximo sueño confesable?
Entre mis ambiciones y sueños cercanos está ser escritora y la dirección escénica. Los dos cosas van muy encaminadas.
Bailarina, runner, gran lectora, amante de los perros… ¿Algo más que añadir?
Buena amiga, buena hija y buena actriz.
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