
Opinión
El diario de Amilibia: Un fiscal en el alambre
"Si eres devoto de San Cándido (TC) y fervoroso defensor de tu Sagrada Familia. Si sabes emplear el fango como ametralladora"

Feijóo ha puesto al pueblo en una difícil disyuntiva: ¿mafia o democracia? Algunos dudan, porque si bien casi nadie se atreve hoy a manifestarse antidemócrata, la mafia ofrece algunas ventajas: puedes ascender a capo di tutto capi (sin hacer oposiciones) si tienes la habilidad, por ejemplo, de asociarte con todos a los que un día calificaste como enemigos perversos y satánicos y juraste besando la mano de San Judas que nunca te asociarías a ellos. Si eres devoto de San Cándido (TC) y fervoroso defensor de tu Sagrada Familia. Si sabes emplear el fango como ametralladora. Si mantienes como Vito Corleone que «nunca digas lo que realmente piensas a alguien que no sea de la familia», o sea, no respondas jamás a las preguntas de los periodistas. Si te atreves a llamar prevaricadores a los jueces que no te son fieles. Por cierto, García Ortiz dice que no piensa dimitir aunque haya sido procesado por el TS, quizá porque lo espera todo del TC (San Cándido).
Además de dudar entre mafia y democracia, los espectadores del circo nacional se preguntan (y hacen apuestas) sobre si un fiscal general del Estado puede seguir ejerciendo como tal desde el banquillo, incluso si cae en la trena. En el Chicago de los años 20, los capos se comunicaban a través de subalternos que memorizaban el mensaje para transmitirlo puntualmente al destinatario. Le tendrían que haber advertido a García Ortiz que ese sistema es mejor que los wasaps. Según la RAE, bolaños significa bolas o pelotas de piedra que disparaban las bombardas, antigua arma de artillería. Otra duda: ¿y si el capo ejecutivo no fuera el Apolo de la Moncloa, como cree la mayoría de la derechona, sino Bolaños («Ley Bolaños»), el tapado de pelotas pétreas que susurra a los fiscales adeptos y adictos desde Moncloa?
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