
Confesiones íntimas
Jorge Javier Vázquez busca marido en una agencia matrimonial
El menos eso es lo que tiene planeado en cuanto terminen sus vacaciones de verano. Se ha cansado de recorrer el camino sin un compañero fiel

Jorge Javier Vázquez ha cumplido 55 años el pasado viernes 25 de julio. Lo ha hecho en Indonesia, donde se ha escapado como primer destino de sus ansiadas vacaciones, mientras que Cristina Lasvignes se quedaba al frente de su programa, ‘El diario de Jorge’, en Telecinco. El presentador está muy centrado en su trabajo, pero desde hace tiempo ha entendido que su vida está fuera de los platós y que lo realmente emocionante pasa lejos del calor de los focos. Es por eso que quiere dar un giro de 180 grados a su existencia en cuanto regrese a Madrid.
Al menos eso es lo que él mismo ha asegurado en su espacio personal que supone su blog en la revista ‘Lecturas’. Aquí ofrece su punto de vista sobre las polémicas televisivas, la actualidad política y demás temas candentes. Pero también reserva un hueco a sus confesiones más íntimas, como la que ha planteado ahora que piensa en el matrimonio como su mejor baza. Y es que dice estar ansioso por encontrar un marido, una persona que le acompaña en lo bueno y en lo malo, en la salud y la enfermedad, hasta que la muerte les separe. O alguna otra desavenencia, lo que suceda antes.
Jorge Javier Vázquez y sus ganas de pasar por el altar
“Hice 55 años en Indonesia y aproveché para subir una foto a las redes mientras me duchaba. La foto era muy poco natural, porque escogí la postura adecuada para que se me vieran los pechos altos y los brazos fornidos”, es una de las confesiones que realiza Jorge Javier Vázquez en su blog este miércoles. No es la única y es que también profundiza sobre su situación sentimental, donde parece que no ha habido novedades, pues continúa soltero, condición en la que se encuentra desde hace años, tras romper con su novio Paco: “Estoy en el mercado”.
Pero Jorge Javier Vázquez se ha cansado de disfrutar de la vida en solitario y quiere compartir con alguien más sus alegrías, así como confiarle sus preocupaciones. Tiene un nutrido grupo de amigos, pero necesita alguien con un grado de intimidad mayor, que le aporte algo que tan solo una pareja amorosa puede ofrecerle y que nada tiene que ver con el sexo. Y es que a él ligues no le faltan, aunque añora el compromiso y sentirse seguro en brazos de otro. Es por eso que ha tomado una firme determinación de tomar cartas en el asunto en cuanto finalicen sus vacaciones y retoma la rutina. Una que, si tiene suerte, ya no será tan solitaria.
“Durante estos días de ‘dolce far niente’ he barajado la posibilidad de apuntarme a una agencia matrimonial cuando vuelva a Madrid. Incluso me he metido en la página web de alguna, aunque lo que he visto en una de ellas me ha espeluznado un poco”, escribe. Claro está, profundiza en este detalle que le ha crispado y que le ha hecho replantearse sus estereotipos: “Venía de decir que era más difícil encontrar pareja en el mundo homosexual que en el heterosexual y eso me ha tirado un poco para atrás, porque me ha sonado a rancio discurso de Marián Rojas Estapé, la señora que ha acuñado el término de ‘persona vitamina’”.
Para él, después de esta primera incursión en las webs especializadas en formar parejas estables con intención de boda: “El caso es que la agencia matrimonial en cuestión no razona por qué es más complicado emparejarse en el mundo gay que en el heterosexual, lo cual me lleva a pensar que se ha quedado anclada en el pleistoceno”. Considera que “el catálogo de desasosiegos y frustraciones que se muestran en cada una de ellas hace que te replantees si estar en pareja es una experiencia recomendable. Sigo creyendo en ella, que conste, pero también creo que culturalmente no está bien diseñada”.
Jorge Javier Vázquez entiende que “tener pareja es un trabajo que se aprende con los años. Entre la gente de mi generación estaba mal vista la soltería. Era un estado propio de fracasados. Por eso te lanzabas a tener novio o novia a las primeras de cambio. Y claro, casi siempre salía mal, porque para estar con otra persona se necesita años de experiencia. Y, sobre todo, tener muy claro que la otra persona no viene a solucionarte ni la vida ni ningún problema. Con las parejas pasa igual que con los estudios, que tenemos que elegir demasiado jóvenes”. Es por este motivo que ahora “sigo dándole vueltas a lo de la agencia matrimonial. Cada vez me parece mejor idea. Estoy en la edad de divertirme. Eso sí, ‘con método’, como diría la gran Lola Flores. Siempre con método”.
✕
Accede a tu cuenta para comentar