Entrevista
Máximo Huerta reniega de su paso por la política: "No repetiría aquella experiencia"
Su prioridad “es cuidar de mí madre, que está enferma” y ha sufrido varios baches de salud desde el 2020
El Paris de los años veinte del siglo pasado sería el lugar ideal que Máximo Huerta elegiría para instalarse en el tiempo. El embrujo de la capital francesa le atrae inexorablemente, y su nueva novela, “Paris despertaba tarde” (Editorial Planeta), refleja fielmente el boato, el lujo y las lujosas fiestas de aquella época.
¿Qué tiene Paris que le ata tanto?
Es un lugar en el que me siento muy bien, es deslumbrante e inspirador. Siempre que voy vuelvo cargado de energía. Mi novela se desarrolla allí y habla de la alegría de vivir. Es un homenaje a los años locos…
¿Echa de menos sus años locos?
Algún que otro viernes, ja, ja, ja. Si tuviera una máquina del tiempo me trasladaría sin dudarlo a ese Paris de los años veinte.
Pero hoy, su prioridad “es cuidar de mí madre, que está enferma”. Clara Hernández ha sufrido varios baches de salud desde el 2020, un cáncer y el alzhéimer determinaron que su hijo abandonará Madrid para ubicarse en el pueblo valenciano de Buñol para estar al lado de su progenitora.
“Mi madre se encuentra estable, al menos estamos tranquilos, en una pausa de tranquilidad. Mañana la llevaré conmigo a la presentación de mi libro en Buñol… Ella es la prioridad en mi vida. Por encima de todo y de todos, lo importante son los sentimientos y la salud. Es lo que debe mandar en la vida”.
Es un hijo ejemplar.
Espero que mi madre esté orgullosa de mi.
Dice que las cosas del corazón se reducen a dos extremos: se ama o no se ama. Ahora vive un periodo de desamor.
Soy de duelos largos, pero de despedidas tranquilas, sin lamentos, terremotos ni amarguras. Agradecido por el tiempo vivido.
¿En quién vuelca ahora sus quereres?
En mi madre, mi perra Leo y en quien aparezca en mi vida.
Y el amor no aparece de nuevo.
De momento, no, pero no hay que buscarlo, no se prepara, sucede o no. Y hoy no estoy preparado para enamorarme…
¿Por qué paso de llamarse Máxim a adoptar el Máximo?
Es que yo me llamo Máximo, lo de Máxim me lo pusieron en la tele, y recuperé mi verdadero nombre en homenaje a mi padre.
¿Cómo es su vida cotidiana en Buñol?
Discurre alrededor de mi madre, mi librería y algunas escapadas a Valencia con mis amigos. Es una vida muy tranquila.
Fue ministro de Cultura por unos días. ¿Meterse en Política fue un error?
Ya ni me acuerdo de eso. Pero no repetiría aquella experiencia, no es mi terreno ni mi lugar en la vida.
¿Doña Leo es un buen paño de lágrimas en los malos momentos?
Me demuestra un cariño inmenso. Está a mi lado, estoy convencido de que me entiende, que sabe si estoy bien o mal. Nadie te espera como ella cuando vuelvo a casa, si me ve triste qué pensará por dentro.
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