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Nadiuska: el ocaso de un mito erótico colosal. ¿Una mano negra o una mala cabeza?

La serie documental «El enigma Nadiuska» (Atresmedia), de Valeria Vegas, se estrena el 29 de octubre. La suya es la historia de un ángel caído. Lo tuvo todo: belleza, fama y dinero.

Nadiuska
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En la España de los años setenta no hubo un espectáculo de carne y hueso tan hermoso como Nadiuska. En un país al que la boina todavía le pesaba demasiado, y en donde la rígida moral impuesta por el nacionalcatolicismo seguía condicionando la conducta de todo dios (ejem), la irrupción en las pantallas de cine y en las revistas de aquel tigre siberiano fue una magnífica noticia. Nacida en Alemania, de madre rusa y padre polaco, Nadiuska, con su boca suculenta y sus ojos de vampira, fue nuestra Sofía Loren. No sólo por el notable parecido físico, sino por su condición de mito erótico mayúsculo. De símbolo sexual. Aunque aún vive, lleva más de dos décadas públicamente muerta.

Lo tuvo todo –belleza, fama, dinero–, pero llegó a vivir en la calle con la compañía permanente del recuerdo de las decisiones equivocadas y de unas voces que nunca dejaban de gritar en su cabeza. La suya es la historia de un ángel caído; de un juguete asombroso que dilató las pupilas de una legión de hombres de mediana edad que llevaban largo tiempo reprimidos, y que se acabó escacharrando por causa de un entorno cruel y de la impericia propia de quien levanta una carrera ignorando la necesidad de unos sólidos cimientos.

Su infortunio

En estos tiempos de recuperación de iconos del ayer, la escritora, periodista y ahora también documentalista Valeria Vegas, autora del libro en el que se basaron los Javis para elaborar la serie sobre la Veneno, aborda su figura, con admiración y respeto, en la serie documental «El enigma Nadiuska» (Atresplayer Premium, Atresmedia). Vegas se sirve de una estructura clásica –imágenes de archivo y testimonios de diversas personas relacionadas directa o indirectamente con ella, medio centenar nada menos– para explicar, a lo largo de tres episodios que vuelan, quién fue esa mujer, la importancia que tuvo en unos años concretos y el infortunio que cayó sobre ella por causa de las malas compañías. Todos los hombres con los que estuvo, sin excepción, se aprovecharon de algún modo de ella, y algunos la arrastraron a tomar decisiones empresariales nefastas. Desde el temible representante de actores Damián Rabal, su turbio Pigmalión y amante, que la casó con un chatarrero oligofrénico para que obtuviera la nacionalidad española y pudiera hacer películas, hasta el último de sus novios o líos. Además, a Nadiuska se la relacionó con distintos hombres poderosos de la época, aristócratas, políticos e incluso el Rey Emérito, y el periodista Juan Luis Galiacho afirma en el documental que estuvo «amenazada por el gran poder». «No he querido disparar a nadie», advierte Valeria, «pero si estudias su vida para entender su desgracia, sale solo. Damián fue muy poderoso, llevaba a los mejores actores del momento, a su hermano Paco Rabal, Concha Velasco, Pepe Sacristán, María Asquerino… y él mismo habló en una entrevista de un pacto con Nadiuska, según el cual ella tenía que ser una mujer inalcanzable y no podía enamorarse. Y cuando ella rompe ese trato y deja de ser esa Marilyn, él la aparta. ¿Podría haber remontado después de eso? Sí, claro. Pero un cúmulo de circunstancias lo impidieron. No obstante –prosigue–, que conste que en la vida de Nadiuska no hubo drogas ni alcohol, no fue Amparo Muñoz. Lo que hubo fue una falta total de afectos y de no saber juntarse con las personas adecuadas. Ella era una apátrida. Sus padres vivían en Alemania, no tenía hermanos ni hijos... Estaba solísima. Aunque también es verdad que mucha gente que la conoció asegura que era alguien muy difícil de ayudar». Hasta la belleza, su mejor arma (quizá la única), se volvió en su contra: «La belleza, en una industria como esa, te juega malas pasadas», sentencia Vegas. «Porque, de pronto, pasas a ser una mala actriz o un mal actor. Algunos de sus colegas, cuando he contactado con ellos para hacer el documental, me decían que ella no era actriz porque la doblaban, cuando yo he visto a Florinda Chico doblada».

Nadiuska fue la musa del destape en España, a donde llegó en 1971 / Interviu
Nadiuska fue la musa del destape en España, a donde llegó en 1971 / Interviularazon

No oculta Vegas que su documental es, ante todo, un homenaje: «Ser mitómana hace que tengas la mitad del trabajo hecho. Pocas cosas he conocido nuevas sobre Nadiuska, porque atesoraba cientos de páginas de prensa sobre ella. Mi intención era que no olvidáramos que fue el mayor mito erótico de los setenta, que ella era otra cosa. Porque todas las demás, y lo digo con humor, que se entienda, eran un poco de La Mancha, eran como nuestras. Una era de Totana [Bárbara Rey], la otra de Gijón [Susana Estrada], otra de Valladolid [Ágata Lys], pero es que Nadiuska no se sabía ni de dónde venía, y ahí ya empezaba el misterio. Estaba más próxima a una Ornella Muti o una Sofía Loren. Era el exotismo absoluto. Y eso la hacía más icónica».

Válvula de escape

Pero más allá de la recuperación/celebración del personaje hay, como lo hubo también en el caso de la Veneno, un señalamiento a la doble moral española en general y a los excesos cometidos en los años de la Transición por la industria del cine del destape en particular. Esta se sirvió de una serie de mujeres para ganar un chorro de pasta y luego las desechó como a clínex usados. Algunas de esas mujeres muestran en el documental su tristeza y decepción por cómo fueron tratadas no sólo ya por los responsables de esas películas, sino por la propia sociedad, que las criticaba mientras las consumía. Porque eran numerosos los hombres que iban a verlas a los cines o compraban las revistas en las que salían. Para muchos, esas actrices fueron una válvula de escape. «No he querido victimizarlas», aclara Vegas, «pero se las trató mal. Y con el documental he querido decir que señoras como estas, con sus desnudos, hicieron que años después viéramos con más naturalidad los desnudos de Aitana Sánchez Gijón, Maribel Verdú o Victoria Abril».

A Nadiuska, su salto a Hollywood la premió con su trabajo en «Conan», una superproducción protagonizada por un emergente Arnold Schwarzenegger, y en donde ella interpretó a la madre del Conan niño (Jorge Sanz). Aquello debió haber servido para darle un nuevo impulso a su carrera, pero se quedó en un espejismo. Pasados los días de éxito nos encontramos con una Nadiuska que se convirtió al catolicismo (era judía) y de cuya boca salían perlas como «la medicina del mundo es el amor», pero que tenía la lucidez suficiente como para decir de sí misma que llegó a interpretar «el show de la estrella de Hollywood inexistente». La ruina económica, la soledad y una enfermedad mental (esquizofrenia) la llevaron a buscar comida en los cubos de la basura y a terminar viviendo en la calle. «No estaba loca, la volvieron loca», apunta alguien en el documental.

Cartel del documental sobre Nadiuska
Cartel del documental sobre NadiuskaAtresplayer

¿Fue la crónica de una debacle anunciada? No necesariamente. El mundo del espectáculo atesora nombres de mujeres que supieron sobreponerse a diversas calamidades y alcanzaron la cima contra todo pronóstico. En España, Rocío Dúrcal, que también trabajó fugazmente en el cine de destape, es el ejemplo de que era posible hacer una carrera sólida, de gran éxito, fundamentada en el talento. Cabe pensar que lo que le ocurrió a Nadiuska, más allá de las malas compañías, las teorías conspirativas y el contexto social que le tocó vivir, es que no pudo soportar el enorme peso de su personaje. «Totalmente», asiente Valeria. «En el documental hay una frase de Alaska que lo explica muy bien, que es que, a veces, la mano negra es el propio peso de la historia sobre ti. Porque representas tanto que ese peso te supera. Y eso a ella le pasó. No pudo con su estrella. Pero tampoco fue culpa suya».

«Ya no está perdida»

Nadiuska, 71 años, sigue viva, medicada, cuidada, se encuentra en manos amigas. Quienes tienen trato con ella aseguran que está del todo lúcida y que no quiere saber nada de periodistas. «Ya no está perdida», concluye Vegas. «Está más cerca de una Greta Garbo o una Marisol, porque está retirada voluntariamente». Lo que sería precioso es que, de pronto, apareciese en una película. «¡Eso sería maravilloso!», exclama la directora. «Que ella pudiese volver al cine por decisión propia».

¿Cómo serán hoy esos ojos que hace 50 años tanto deseo despertaron? ¿Qué se sentirá al tenerlos enfrente? Quizá lo mejor sea quedarse con los ojos de sus días de esplendor. Sólo por verla otra vez, por contemplar esa belleza que excede la imaginación más afilada, hay que felicitar a Valeria Vegas.

El curioso vínculo entre Nadiuska y el fundador de la Falange

Valeria Vegas relata para este diario algo que no sale en el documental «El enigma Nadiuska»: «Ella estuvo alquilada muchos años, en los noventa, por Liliana Ferlosio, la viuda de Rafael Sánchez Mazas, el creador de la Falange. Cuando Liliana falleció, los Sánchez Ferlosio hicieron todo lo posible por sacarla de esa casa para poder venderla. Y a partir de ahí fue a peor. Se tuvo que ir primero a vivir a un hotel y después a un hostal, que pagaba con lo que sacó de la última película que hizo, con Chiquito de la Calzada, por la que le dieron menos de un millón de pesetas».