
Entrevista
Pedro Trapote: «He vuelto a nacer con 85 años»
En Miami, un vehículo se saltó un semáforo y chocó contra el del empresario. Iba con su mujer y su hijo Gonzalo

El empresario Pedro Trapote, dueño de las chocolaterías San Ginés y fundador de las discotecas Joy Eslava y Barceló (antes Pachá), ha vuelto a nacer como el mismo explica en esta entrevista. Su hijo Gonzalo vive en Miami donde se encarga de las chocolaterías y hasta allí viajaron Trapote y su mujer Begoña García Vaquero. La idea era trasladarse hasta Texas para inaugurar una nuevo local. En un cruce, «un 4x4 conducido por un hombre de unos cincuenta años» -explica Trapote– se saltó un semáforo en rojo y se estampó contra el vehículo en el que se encontraba el matrimonio, el hijo y su novia. El accidente podría haber sido mortal, aunque solo Pedro Trapote sufrió lesiones graves en la muñeca. De ahí que fuera visto con una escayola, durante el entierro de Manuel Lapique, hermano de Cari Lapique, que falleció el pasado viernes a los 70 años.
Este pequeño susto llega dos años después de que la familia sufriera otro bache. En septiembre de ese año, la mujer del empresario sufrió un ictus por el que tuvo que ser ingresada durante un tiempo en el Hospital Universitario de la Princesa, en Madrid. «Estuve cuatro días en la UCI. Me sucedió la noche del 29 al 30 de septiembre y a los cuatro días me llevaron a una unidad especial de ictus», explicó a Beatriz Cortázar, tres meses después.
Un año antes, en abril de 2021, moría uno de sus hijos, Pedro, con tan solo 54 años. Falleció en la finca de Las Majadillas, en El Castillo de las Guardas, en Sevilla. Pedro Trapote Jr. llevaba tiempo arrastrando problemas pulmonares y perdió la vida el día mismo que fue al médico.
¿Cómo se encuentra?
Dolorido y espero que me digan si finalmente me operan o no. Tengo fractura doble de la muñeca y de momento, nada más. Me han escayolado ya tres veces. Es lo que hay por ahora. Me siento afortunado, porque ha sido una historia tremenda. Begoña, Gonzalo y su novia todavía tienen magulladuras. Tuvimos suerte, porque todos llevábamos el cinturón puesto. Estamos convencidos que eso frenó el que saliéramos disparados y nos ha salvado la vida. El seguro ha declarado el coche siniestro total.
¿Cuándo sucedió?
El accidente ocurrió la víspera de Reyes. Habíamos pasado unos días maravillosos en República Dominicana y volvíamos a Miami para trasladarnos a Texas. Allí, se inauguraba una nueva chocolatería San Ginés que en Estados Unidos las lleva Gonzalo.

¿Estuvieron ingresados en el hospital?
Estuvieron más de cuatro horas sometiéndonos a pruebas médicas y en cuanto nos autorizaron que podíamos volar, nos volvimos a España. Lo único que quería era regresar a Madrid y que aquí nuestros médicos, especialmente el doctor Piñal, nos dieran su diagnóstico. Cuando ocurre algo así, solo quieres estar en casa.
¿Está tranquilo? Beatriz Cortázar contaba que estaba mejor, que había sido un susto muy grande.
Estábamos Begoña y yo con toda la ilusión de estar con Gonzalo y abrir la chocolatería en Austin y pasa esto. Y no nos hemos matado, porque Dios no ha querido.
Y de ánimo, ¿cómo están? Supongo que salir ilesos les ha hecho reflexionar.
Sí, te das cuenta que la vida es hoy y que mañana no estás. Se va en un segundo. Y hay que ver la parte positiva de este accidente. Todo ha quedado tan solo en un susto, cuando podíamos estar muertos. Tengo 85 años y un golpe así me ha podido llevar al otro barrio. Debo tener más vidas que los gatos. Por suerte, todos estamos bien.
¿Tu hijo Gonzalo se ha quedado en Miami?
Si, él vive allí y está bien. Tiene 25 años y una potencia física maravillosa.
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