Moda
Philipp Plein, el éxito del millonario con «poderes extraterrestres»
Desde su primer desfile en Milán en el año 2011, su firma ha estado presente en las pasarelas más importantes del mundo
Desde su inauguración hace cinco años en la madrileña y burguesa calle de José Ortega y Gasset, la boutique de Philipp Plein se ha consagrado como uno de los puntos de visita obligada para los amantes del lujo que pasean entre escaparates de otras grandes firmas como Dior, Louis Vuitton, Saint Laurent, Tiffany & Co., Hermes o Cartier. Esta semana, el local de 327 metros ha acogido la presentación de su nueva colección de alta relojería, Crypto King para él y Crypto Queen para ella, elaboradas ambas con precisa tecnología suiza. Estaba previsto que el diseñador y creador de la marca viajara hasta la capital para ejercer de anfitrión, pero tuvo que cancelar en el último momento porque su pareja, Lucia Bartoli, se puso de parto de su segundo hijo en común. Además, tiene otro hijo de diez años fruto de su anterior relación con Fernanda Rigon. «Siento mucho no poder estar allí porque me gusta mucho Madrid», dijo mediante videoconferencia.
La historia de Plein es la de un hombre ambicioso que comenzó diseñando camas para perros con solo 19 años y ha terminado dirigiendo un imperio millonario en la industria de la moda. Según la edición alemana de «Forbes», de la que fue portada el pasado mayo bajo el titular «El desvalido», su fortuna se estima en unos 800 millones de euros.
El empresario alemán no escatima en lentejuelas y detalles ostentosos en sus creaciones, aunque su principal elemento diferenciador son sus desfiles, en los que invierte varios millones de euros para convertirlos en una auténtica fiesta -barra libre y DJ incluidos-. «Establecí mi nicho de mercado proponiendo y ofreciendo un producto diferente. Crear una marca desde cero requiere un estudio de mercado que me impulsó en esta dirección y al entrar en una industria tan competitiva como la moda, creé un nuevo formato de presentación de la colección. Convertí los desfiles en un show, en una fiesta donde la gente puede sentir al máximo la vibra de la marca. Este es mi punto de diferencia en esta industria», explica a LA RAZÓN.
Lo cierto es que no le ha ido nada mal, y desde su primer desfile en Milán en el año 2011, su firma ha estado presente en las pasarelas más importantes del mundo, incluida la de Nueva York. Además, cuenta con 110 tiendas en todo el mundo -y otras tantas en proceso de apertura- y emplea a unas 700 personas bajo su sello. A su parecer, el secreto es simple: «Solamente hago lo que mis clientes desean. Sigo sus deseos creando y desarrollando para ellos ropa y accesorios acordes a sus expectativas. Lo más importante es ser coherente con la imagen de marca y coherente con sus valores».
Empresario «de otro planeta»
Haciendo gala de la excentricidad que le caracteriza y que le ha llevado a protagonizar varios titulares más allá de sus negocios, en una ocasión aseguró que no bromeaba cuando decía que provenía de una estrella y que su origen extraterrestre le había ayudado a prosperar en la industria. Sin embargo, en conversación con este periódico, corrige sus palabras y matiza: «Bueno, mejor diría que mi arduo trabajo requiere de ‘poderes extra’ para lograr resultados en una industria altamente competitiva como la moda».
Como buen hombre de negocios, su ambición no tiene límites y el año que viene empleará esos «poderes extra» que posee para expandir su emporio más allá de la moda de lujo: «El próximo proyecto es el más grande que tengo entre manos para el primer trimestre de 2024. Será la apertura de mi primer hotel en Milán. Este es uno de los proyectos más grandes en los que estoy trabajando actualmente».
Aunque dice orgulloso que su vida «está dedicada a mi trabajo y mi empresa», no se olvida de su familia a la hora de enumerar los pilares fundamentales sobre los que se sustenta. En este sentido, Plein repite el cliché de que el dinero no da la felicidad desde la comodidad de su mansión de Los Ángeles: «Definitivamente, el dinero ayuda a ser feliz, pero no es el único elemento que la trae. La vida se trata de familia, trabajo y salud. Estos elementos son los ingredientes más importantes». Tomamos nota.
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