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La noche en la que Pantoja se rompió: "Tengo miedo a que mi hija aparezca en una cuneta"

La tonadillera con Jesús Vázquez. Foto: Telecinco larazon

Era su puesta de largo en Telecinco. Los principales rostros de la cadena de Fuencarral, unos 40, esperaban para hacerse la foto de familia en la semana en la que la suya hace la guerra que más a cuenta le sale a Paolo Vasile. Isabel apareció sobre las 20:00 horas en medio de la inquietud general. Solo algunos saben que estuvo a punto de no acudir, derrumbada tras cuatro días de pañuelos empapados, en los que su hija Chabelita no ha cesado de soltar artillería, más o menos pesada. Pero apareció. El fichaje estrella había perdido algo de peso y su cara, demacrada, era el espejo de su alma. Es lo que pasa cuando los disgustos son tu principal sustento durante días. Tras verse rodeada por los cachorros de Mediaset, la madre de Kiko Rivera les regaló una entrevista sin cámaras. Tampoco hacían falta. En una fiesta repleta de periodistas, la crónica de la noche en la que se rompió estaba asegurada. «El programa de AR» dio el pistoletazo en boca de Pepe del Real: «Vimos a una Isabel muy afectada, abatida, y en algunos momentos se le saltaban las lágrimas. Nos dijo que le gustaría que conociéramos las dos versiones porque no reconoce a su hija, que no es la que ella crió». Y continuó: «Nos contó que teme por la salud y la integridad de Isa, que no le gustan sus compañías y que le gustaría volver a tenerla en el redil».

Tres horas después, María Patiño, otra enemiga, desvelaba más confidencias con la cantante: «Tenía los ojos llorosos, le pregunto cómo está, se derrumba y lo que viene a expresar es que no quiere saber más de su hija, a la que en ese momento llama “Isa P”. Me dijo: “¿Te acuerdas cuando ella fue a un plató a decir que había besado a mi madre? Eso es mentira. Nunca me ha dicho “te quiero”, nunca me ha abrazado”». La presentadora de «Socialité» avanza que solamente va a desvelar «un 3%» del «tête a tête» y prosigue: «El representante, Fernando Pinilla, en todo momento le está cogiendo de la mano y continúa relatando episodios que ha vivido al lado de su hija. Entonces me cabreo y le digo: “Se acabó, estás en un lugar de trabajo, te secas las lágrimas, eres una profesional, sales ahí fuera y hablas con todo el mundo”. Pero el desahogo continuó. “Me he desvivido por mi hija y ahora no sé ni dónde vive. Ni lo que hace por las noches. Tengo miedo que le pase algo y aparezca en una cuneta”», relata a LA RAZÓN otro compañero. Resumiendo: Pantoja solo quería confesar, esta vez sin música, que ha llorado mil veces...por Isabel.