Opinión

La crónica de Amilibia: Ay, seremos tan pobres como Elon Musk

La dimisión de Musk se produce casi dos meses después de que se oficializara el acuerdo de compra de Twitter
La dimisión de Musk se produce casi dos meses después de que se oficializara el acuerdo de compra de TwitterHannibal HanschkeAgencia AP

Parece que la cuesta de enero es más empinada de lo que imaginábamos: hasta Elon Musk ha dejado de pagar el alquiler de sus oficinas. Madre, cómo están las cosas, o sea, las que no nos cuentan. Sólo falta que Amancio Ortega deje de abonar el recibo de la luz y Bill Gates el del gas. Entonces sí que empezarían a sonar las trompetas del apocalipsis. Yo me fijo mucho en lo que hacen los ricos como los augures romanos miraban los higadillos de las aves para adivinar el futuro. Háganme caso: cuando no sepamos nada de ellos será clara señal de que ya están refugiados en sus búnkeres personales, y entonces, sin esperar la consulta a Rappel, deberíamos correr a la planta más baja del parking: la bomba atómica de Putin estará al caer.

El caso es que la rebaja del IVA de los alimentos básicos no está suavizando la cuesta de enero, según el análisis de los periódicos liberales/conservadores. Sí está siendo efectiva la rebaja según los medios progres o gubernamentales. Debe de ser porque compran en supermercados distintos de ciudades diferentes, unos en Baleares o el País Vasco (más caros), y otros en Ciudad Real o Almería (más baratos). Lo mismo podemos decir de los partidos políticos: el PP dice que la cesta sube y el PSOE que la cesta baja. Según las encuestas, los españoles temen más empobrecimiento, incluso hay miedo de que lleguemos al extremo de Elon Musk, Dios no lo permita.

Seamos optimistas: en tal caso, no seremos pobres de pedir, ni pobres sociales, ni tan siquiera pobres de cola de hambre. Nos llamarán ciudadanos moderada y circunstancialmente descapitalizados o ciudadanos con capacidad adquisitiva baja o desempoderados fijos discontinuos. Y todo tendrá otro color.