
Opinión
El diario de Amilibia: ¡Ojito con esa mano!
"Mientras el circo se divierte con estos juegos de manos, juego de villanos, gran parte de la ciudadanía anhela poner la mano en la teta del Estado ejerciendo de funcionarios"

Leo: «El ministro de Comercio de Nueva Zelanda ha dimitido de su cargo tras admitir que durante una discusión con un miembro de su equipo le puso una mano en el brazo, comportamiento que él mismo catalogó como despótico». Aquí no dimite ni dios por poner la mano donde caiga, y no lo digo solo por Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero. La Yoli, reina del toqueteo, antes ponía sus manos en los brazos de Garamendi y ahora, en el dúo dinámico Pepe Álvarez&Unai Sordo. La Marisú pone sus revoloteadoras manos en nuestros bolsillos para luego depositar en las de Junqueras 17.000 millones. El Apolo de la Moncloa pone sus manos en el novio de Ayuso (y en MAR) a ver si esta se queda sola, fané y descangayada, y así le da una oportunidad. El fiscal García Ortiz pone sus manos veloces de prestidigitador en todos sus móviles como un «manostijeras» del borrado.
El Puchi le pone al Apolo una mano derecha amigable y le retira la cuestión de confianza, y luego le pone la izquierda en la cartera y le pide el quite total de la deuda catalana, 88.916 millones de euros. Y Alberto Núñez Feijóo no le retira del todo la mano a Mazón cuando hasta el Apóstol Santiago y su tía la monja le susurran que ya es hora de ponerla en modo despedida. Mientras el circo se divierte con estos juegos de manos, juego de villanos, gran parte de la ciudadanía anhela poner la mano en la teta del Estado ejerciendo de funcionarios. Y para colmo, ahí están los coleguillas del presidente estadounidense Donald Trump levantando la mano al cielo como si cantaran el «Cara al sol». La táctica política monclovita: sigan la conseja y escondan la mano que viene la vieja. Exageran estos neozelandeses. ¿Qué hará allá el acusado de meter mano? ¿Se la cortará?
✕
Accede a tu cuenta para comentar