Reseñas
Pablo Iglesias, en sus horas bajas: de sus platos insípidos al rifirrafe con Roro
Las reseñas de su taberna no le favorecen, tampoco la izquierda vive su mejor momento. Llama "a radicalizarse"
Falta frescura en los platos, el sabor es insípido y la comida parece prefabricada y recalentada una y otra vez. La valoración, publicada en las reseñas de Garibaldi, la taberna que abrió Pablo Iglesias hace solo ocho meses en el barrio madrileño de Lavapiés, remata la mala semana del exvicepresidente del Gobierno. Su reproche a la influencer Roro, la cocinera que se ha hecho viral por el esmero que pone en los platos que prepara para su novio Pablo, quizá era una llamada de auxilio para que tome el mando en sus fogones.
La Taberna Garibaldi de Pablo Iglesias, un restaurante para rojos, renovó su carta sus puertas en el centro de Madrid, pero ni siquiera sus animosas "enchiladas Viva Zapata" acaban de convencer, por más que promocione sus recetas degustándolas en Instagram. Menos aún su gazpacho feministerio de remolacha a siete euros, grotesco cuando su propio partido, Podemos, se ve salpicado por las acusaciones de violencia machista contra Íñigo Errejón. El exportavoz de Sumar fue denunciado por la actriz Elisa Mouliaá por violencia sexual, el pasado 25 de octubre. La izquierda radical no está para dar lecciones de moral a nadie, menos sobre cómo le apetece vivir a una mujer su feminidad o sus maneras de amar.
Cuando el diablo no tiene que hacer mata moscas con el rabo y esta semana ha puesto la diana en Roro, sin olvidarse de su obsesiva fijación con Pablo Motos y Pérez-Reverter retuiteando las palabras de su camarada Pablo Echenique: "Es como la pandilla de amigotes que se juntan en la mesa del bar a beber cubatas, mirarle el culo a las camareras, comentar los bulos fachas del día como si fueran verdad e insultar a rojos, indepes y feministas pero en un plató de TV y en prime time".
Al exlíder de Podemos le molestó la colaboración de Rocío López Bueno, Roro en sus redes sociales, en la DANA de Valencia a través de Revuelta, una asociación vinculada a VOX. "No le veo el problema", ha respondido la influencer sin achantarse ante las críticas recibidas por parte de la izquierda radical. "Lo que hace falta ahora mismo es ayuda", defendió la creadora de contenido a la oleada de ataques encabezada por el exlíder de Podemos tras mostrar su lado más solidario en la recogida de alimentos organizada por Revuelta.
No es el mejor momento anímico para Pablo Iglesias que, además de enfangarse en estos barros, más livianos que el que ha dejado la DANA, ha tenido que rendirse a la victoria de Donald Trump. "¿Hay algún aprendizaje que podamos sacar de las elecciones en EEUU en España? A mi juicio sí: que el malmenorismo, que en EEUU se llamaba Partido Demócrata y en España se llama PSOE, no funciona para frenar a los fascistas". Y a continuación, su advertencia: "Toca radicalizarse, no buscar un centro que no existe".
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