Mal de Honduras
Alma Bollo, en tratamiento médico por las duras secuelas sufridas en ‘Supervivientes’
La hija de Raquel Bollo ha confesado el triple diagnóstico que los médicos le han dado tras una intensa batería de pruebas para saber qué le sucedía
Alma Bollo no lo ha pasado especialmente bien en Honduras, donde se ha grabado la última edición de ‘Supervivientes’. No tanto por su mala relación con algunos de sus compañeros de experiencia o por las duras inclemencias del tiempo a lo largo de su estancia. Sino especialmente por la privación de alimento y la imposibilidad de llevar una alimentación equilibrada y suficientemente abundante, lo que ha terminado por hacer mella en su organismo. Tanto, que ha tenido que realizarse una serie de pruebas médicas para determinar qué le estaba sucediendo a su cuerpo, pues la preocupación para ella y su entorno era máxima. Ahora, por fin, ya sabe qué le sucede y no ha dudado ni un segundo en compartirlo con sus seguidores de las redes sociales, conocedores de que no se encontraba en su mejor momento de salud.
A sus 23 años, la hija de Raquel Bollo ha vivido una de las experiencias más extremas de su vida, al tener que sobrevivir por sus propios medios a algo así como un naufragio televisado. Pero una vez completada su aventura en compañía de su hermano, Manuel Cortés, ha llegado el momento de tomar tierra, recuperar su vida donde la dejó y, por supuesto, cuidarse, pues su cuerpo se ha resentido con tanta privación y por una alimentación que, como mínimo, era escasa y deficiente. Esto le hizo someterse a una batería de pruebas para comprobar cómo se encontraba, lo que ha terminado con un triple diagnóstico, pues son tres las consecuencias directas de haber sido una superviviente durante casi cuatro meses.
“Ya tienen todos mis resultados, ya hay tratamiento y puedo empezarlo. Finalmente, los resultados son una gastritis erosiva antral, de nuevo tengo el helicobacter pylori y la intolerancia a la fructosa”, ha confesado del tirón Alma Bollo, que notaba que su organismo no funcionaba correctamente tras recuperar su vida en España. Sin embargo, parece algo aliviada por saber qué le sucede exactamente y poder tener el tratamiento adecuado para iniciar la senda de la recuperación, con la que poder dejar tan molestos dolores a un lado.
Por un lado, la gastritis erosiva antral, que consiste en la erosión de la mucosa del aparato gástrico, le obligará a seguir un tratamiento con protectores estomacales y bloqueadores del ácido al menos durante los próximos 30 días para paliar el daño ocasionado en sus defensas. En cuanto a la bacteria del helicobacter pylori, requiere la administración de antibióticos para combatirla.
No obstante, no parece tan sencilla de tratar la intolerancia a la fructosa que ha desarrollado, lo que ahora le obligará a evitar este tipo de azúcares para darle un respiro a su sistema digestivo, a la espera de una mejoría y un futurible ‘plan B’ bajo supervisión profesional. Esto paso por ponerse en las manos de un nutricionista, como así confiesa haber hecho ya: “Voy a pasar con los nutricionistas para tratar las intolerancias y aprender a comer lo que me sienta bien”. Una información que le ayudará a convivir con sus dolencias y minimizar las consecuencias que su paso por la isla ha dejado en su cuerpo.
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