De viernes

Eugenia Santana se arma de valor gracias a Paloma Lago y narra su durísima agresión sexual

Fue la denuncia de la modelo a Alfonso Villares lo que la animó a confesar que ella también es víctima del mismo delito. No puede parar de llorar y temblar

Eugenia Santana y Paloma Lago
Eugenia Santana y Paloma LagoDe viernes

Eugenia Santana lleva muchos años alejada de los medios de comunicación. La que fuese coronada como Miss España en 1992 disfrutó mucho de su reinado, el cual supuso una catapulta a una fructífera carrera como modelo y también como diva del papel cuché. Después llegaron problemas familiares, conyugales y una mano negra que le puso freno a su ascenso, hasta que decidió emprender un camino más discreto. Ahora regresa a la primera plana, muy a su pesar, con un trágico suceso entre manos, al denunciar que ha sido víctima de una agresión sexual por parte de dos sujetos que “hicieron conmigo lo que quisieron”.

No lo supera y siente la necesidad de hablarlo para “pasar página”. Su testimonio es durísimo: “El verano pasado viví una experiencia muy dura. Tuve una agresión sexual y las próximas cosas que recuerdo son a través de flashes. Él me agarraba del corazón muy fuerte. Yo no gritaba, simplemente trataba de luchar contra esa persona. Me bajó el vestido y empezó a hacer de mí todo lo que quiso”, comienza a narrar la modelo en la entrevista previa, antes de sentarse en el plató de ‘De viernes’. Entró en juego la temida sumisión química.

Eugenia Santana pide perdón a su familia

“Me he sentido culpable de que todo eso me pasara, pero yo no soy la culpable, he sido la víctima. Mi familia es lo más importante que tengo en esta vida. Yo sé que ellos no están de acuerdo de que hoy me siente aquí. Yo solo quiero pasar página”, confiesa, sin poder contener ni las lágrimas ni el temblor en las manos al recordar el peor capítulo de su vida. De igual manera aparece en el plató magno de Telecinco, después de destacarse que fue una de las modelos más destacadas de la década de los 90 y que regresa a los medios “sin contar con el apoyo de sus seres queridos, pero ha decidido no callarse más”.

La modelo deja claro que su familia la apoya y ha apoyado en todo momento, pero no en el hecho de que esto salga a la luz y sea de dominio público. Lo reconoce en mitad de un llanto desconsolado. Tiene claro que si este es el precio a pagar por ayudar a otras mujeres a que den el paso a denunciar sus agresiones, lo paga con gusto. Aun así, no deja de ser difícil. Nada más entrar al paltó no puede contener la emoción y ante el caluroso aplauso del público se rompe. Y eso que se ha armado de valor, pues desde el programa detallan que llevaban mucho tiempo animándola a que diese el paso de contar su historia, pero no se atrevía. Hasta ahora.

Eugenia Santana da la cara tras el caso de Paloma Lago

“Estoy nerviosa y emocionada. En los vídeos le pido perdón a mi familia, a mi padre, a mi hijo, a mi hermana Isabel, a todos en general. Espero que con esta entrevista no hacerles daño. No quiero hacerles sufrir. Solo quiero que se me entienda, que durante mucho tiempo me he sentido culpable, pero no soy la culpable, soy la víctima”, se reafirma. Lo hace segura de que está dando el paso correcto y necesario para seguir adelante con su vida, quitándose un lastre de encima. Lo hace tras ver el apoyo que ha recibido Paloma Lago en su caso, que denunció el pasado mes de diciembre –se conoció en junio- que había sufrido una supuesta agresión sexual por el político Alfonso Villares. Él lo niega, la justicia ya investiga y se pronunciará.

“Pues yo al enterarme del caso de Paloma Lago me tocó otra vez revivir esa experiencia. Solamente escuchar lo que le pasó se me pusieron los pelos de punta”, reconoce Eugenia Santana, que denuncia un caso similar. En el caso de la gallega, se planteó también la posibilidad de haber sufrido una sumisión química, aunque los resultados toxicológicos lo descartaron, al menos para las sustancias investigadas. Aun así, a la mañana siguiente de su supuesta agresión sexual se despertó desorientada y tuvo que ir una ambulancia a por ella. Un modus operandi que también sufrió Eugenia el verano pasado: “Fui drogada, se me anuló completamente mi voluntad”.