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El regalo que Bárbara Rey tenía prohibido lucir frente a la Reina Sofía y sus noches de pasión con el Rey Juan Carlos

La actriz no le recuerda como a un hombre generoso, pero sí que le dio obsequios, como uno que su mujer no podía ver bajo ningún concepto

Bárbara Rey
Bárbara ReyMediaset

Bárbara Rey ha decidido contar su historia en primera persona, después de que todos se apoderasen del relato de su vida. Ella siempre ha dejado pistas en sus aventuras mediáticas, pero se guardaba las grandes bombas de su vida. Así, ha hablado en el programa especial de Telecinco al que concede una entrevista en exclusiva tasada en 500.000 euros. Después de 20 horas de grabación y sin preguntas vetadas, la vedette se confiesa sobre temas que durante décadas había tratado como tabúes. Por supuesto, lo que más interés genera es conocer cómo era su relación con el Rey Juan Carlos, del que ha hablado muchísimo. Muchos detalles ya son de sobra conocidos por la audiencia, al haber sido tratados ampliamente en las mesas de debate antes y especialmente después de la publicación de sus polémicas fotografías en el chalé de la Moraleja, que realizó su hijo, Ángel Cristo, el mismo que después la filtró. Pero hay detalles que aún eran desconocidos para el público, como los regalos que le hacía el ahora Emérito a la que fuese su amada en la sombra.

“Hay por ahí una historia de una cinta en la que dice ‘si soy una puta, voy a ser la más puta’ y esto yo lo digo, porque él me trata como una puta”. Esta es la primera contundente frase que se emite de la entrevista de Bárbara Rey. Tal contundencia muestra cómo no tiene pelos en la lengua a la hora de confesar lo que siempre ha callado. ¿Por qué ahora, tres décadas después? Más allá del jugoso contrato que ha firmado que le salva económicamente, dice que “tengo derecho a que la gente me escuche y sepa cómo soy, lo que pienso y lo que me ha ocurrido. Quiero hacer esto para desmontar todas las mentiras y que queden las cosas más o menos claras”. Especialmente en lo referente a lo suyo con el Rey Juan Carlos, algo así como una historia de amor y conveniencia que comenzó con una llamada de teléfono.

Después de un mes manteniendo animadas conversaciones sobre todo y nada, en las que cada día charlaban sobre sus vidas sin mayores pretensiones: “Eran conversaciones banales. Ya cuando llevábamos, así como un mes, me dijo que quería conocerme en persona”. Ella aceptó, aunque no guarda un buen recuerdo de ese día, especialmente del lugar elegido para la primera cita: “Llegamos a El Pardo, la casa era muy siniestra, muy austera, muy triste. Simplemente hola, tal, cuál, un poquito de conversación y no hubo nada más. Y a él, cuando se lo pidió el cuerpo, no tardó mucho, me cogió de la mano y me llevó a la habitación”. Se niega a entrar en más detalles de la parte sexual e íntima de sus relaciones, con él y con el resto de hombres que formarán parte de su relato. No es su estilo ser escatológica. Pero sí narra con detalle cómo fue su primer beso:

Pero hay una cuestión que hasta que la protagonista no ha querido contar la historia en primera persona, no se había conocido. Es ese regalo que el Rey Juan Carlos le hizo a Bárbara Rey y del que no podía presumir, pues era secreto. No tanto para el común de los mortales, sino especialmente a ojos de la Reina Sofía, quien rápidamente sabría de dónde lo habría sacado la actriz. Habla de un medallón de oro de 14 quilates con los signos del zodíaco grabados: “Me dijo que no me lo pusiera, porque la Reina lo conocía”. Desapareció de su joyero cuando entraron a su casa a robar, junto a otras joyas. Pese a esto, mantiene que el Soberano no era especialmente generoso, que no eran habituales los regalos por su parte, algo que al final ella solventó recurriendo al chantaje, aunque esa palabra prefiere esquivarla, porque no le gusta, opta por definirlos como préstamos. De estos hubo tres, uno infructuoso. No se arrepiente lo más mínimo: “Le he dicho al Rey que, si no me da dinero, saco algo tuyo o lo que sea, pues evidentemente se podría considerar como chantaje –Santi Acosta añade que “incluso lo puede definir”-, pero volvería a hacerlo si se volviera a compartir conmigo como lo hizo”.

Bárbara Rey lo considera que fue un pago justo a lo que tuvo que sufrir, pues no se sintió bien tratada: “El primer día que tuvimos un encuentro íntimo esperaba que fuera más cariñoso, pero eso no sucedió”. Pese a ello, siguió aceptando sus propuestas de citarse: “Después me siguió llamando y pidiendo seguir viéndonos”, siempre en secreto, cubriendo sus pasos para no ser vistos y obligándola a no llamar la atención “para que nadie me reconociera”. Algo difícil siendo la actriz del momento. De ahí las pasiones que despertaba en los hombres más poderosos del país, aunque con el Rey Juan Carlos dice que fue distinto, llegando incluso a sentir algo muy fuerte por él. Aunque con el paso del tiempo entendió que no habría nada, que sus ilusiones se las había creado ella misma y que su papel era bien claro: “Las apetencias a nivel sexual que él pudiera tener las satisfacía conmigo. Yo sabía que no había otra cosa más que eso”, sentencia.