Historia

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Las cartas desconocidas de Pilar Primo de Rivera

Un elenco de ilustres remitentes mantuvo correspondencia con la hermana de José Antonio, desde Gregorio Marañón y Juan Domingo Perón hasta María de Maeztu, que le escribió desde el exilio

Pilar Primo de Rivera tuvo un papel destacado durante el régimen de Franco
Pilar Primo de Rivera tuvo un papel destacado durante el régimen de Franco larazon EFE

De entre el más de un centenar de cartas conservadas a su muerte en su archivo por Pilar Primo de Rivera, hermana de José Antonio y fundadora de la Sección Femenina, pude rescatar los párrafos más significativos de un elenco de ilustres remitentes por gentileza de su albacea testamentario y sobrino nieto, Pelayo Primo de Rivera. Seleccioné así, por ejemplo, este curioso párrafo de la epístola de Camilo José Cela, fechada el 12 de enero de 1980, nueve años antes de la concesión del Premio Nobel de Literatura, que arranca así: «Lo que dije de la contribución de la Sección Femenina a la Cultura no es más que la verdad, y el que la gente quiera o no quiera reconocerlo ya no es cosa tuya ni mía. No tienes, por tanto, nada que agradecerme», escribió el autor de «La familia de Pascual Duarte».

Juan Domingo Perón, único presidente de Argentina elegido tres veces, tampoco escatimaba elogios a la hermana de José Antonio en esta dedicatoria rubricada el 5 de febrero de 1961: «Al alma de la Falange, doña Pilar Primo de Rivera, con todo mi afecto y mi admiración». Incluso Otto de Habsburgo, el último vástago de la Casa de los Austrias que pudo haber sido príncipe heredero y emperador si la historia hubiese seguido otros derroteros, se dirigía así por carta a Pilar, el 2 de noviembre de 1962: «En el nombre de mi hermana y de mi hermano Rodolfo, así como en el mío propio, quisiera escribir esta carta para decir toda nuestra gratitud por las encantadoras horas que pudimos pasar en el castillo de la Mota. La obra que usted realiza allí es, de verdad, admirable. Salí muy impresionado por el espíritu que rige la escuela. Todos nuestros votos son para lo que usted hace allí al servicio de España y de la causa católica».

La señora de Chiang-Kai-Shek, esposa del presidente de la República de China, también se rendía ante el papel de la Sección Femenina, el 10 de febrero de 1955: «Querida señorita de Rivera: su fotografía y el libro-informe sobre la organización de la Sección Femenina de la Falange Española han sido recibidos. Muchas gracias por ello. He leído su texto y lo encuentro de mucho interés, especialmente a la vista de la amplitud y variedad del trabajo y actividades atendidos por su organización. Están ustedes haciendo un espléndido trabajo. Con la fotografía adjunta le envío los buenos deseos y los saludos de las mujeres de China libre a las mujeres de España. Suya sinceramente».

No menos cariñosa y agradecida se mostraba María de Maeztu, exiliada en Argentina con ayuda de sus amigas Gabriela Mistral y Victoria Ocampo, en relación con su hermano José Antonio, el 24 de diciembre de 1937: «Por separado, me he permitido remitirle un ejemplar de mi último grabado referente a su hermano José Antonio, que le ruego me haga el honor de aceptar. Puede usted suponer la emoción y el cariño que he puesto en este trabajo recordando al amigo y al hombre a quien tanto debemos todos los españoles».

El más agradecido recuerdo

El doctor Gregorio Marañón también exhibía su cordialidad en este otro fragmento de su epístola fechada el 31 de diciembre de 1951: «Van, en esta líneas, mis más cordiales gracias para que las transmitas a los artistas incomparables de la Sección Femenina de Coros y Danzas que han hecho lo mejor que se puede hacer en esta vida: hacer olvidar sus dolores físicos y sus penas a los que de unos y otras sufren. En su nombre, a usted y a todos, les dedico el mejor y más agradecido recuerdo». Finalmente, Joaquín Ruiz-Giménez, primer Defensor del Pueblo bajo el Gobierno de Felipe González, que se deshacía en halagos hacia Pilar y su hermano, el 4 de junio de 1966: «No necesito decirte, porque estoy convencido de que lo sabes, que mi fidelidad a ti es muy honda, a ti y a todo lo que permanece válido y esperanzado en el pensamiento de tu hermano. Por desdicha, los hombres de nuestra generación no hemos sido capaces de hacer fructificar ese pensamiento en las entrañas de nuestro pueblo; si se hubiesen realizado los cambios de estructura que él preconizaba, a estas horas se abrirían a nuestra Patria horizontes más claros. Sin embargo, nadie tiene derecho a desesperanzarse, y unos en una latitud, otros en otra, hemos de seguir en la brecha hasta conseguir para nuestra España la justicia, la libertad y la paz auténticas con que él soñara». Sobran más palabras.

Misivas de Paz de Borbón
La infanta Paz de Borbón, hija de la reina Isabel II y hermana de Alfonso XII, escribió a Pilar Primo de Rivera desde Munich, el 23 de junio de 1937: «Todos los Primo de Rivera que desde muy joven encontré en mi camino han dejado un afectuoso recuerdo en mi corazón y por eso me dirijo a V. con plena confianza. He oído con gusto que es V. la Jefa Nacional de las mujeres en España y como tal me dirijo a V. para presentarle una [¿] mujer: Pilar Shorch de Gracia […] A las dos se nos puede emplear para el servicio en España. En estos meses que ha estado refugiada en Alemania ha tenido ocasión de estudiar todas las instrucciones, tanto nacionales como religiosas, y me alegraría pudiese hablar con V. A mí además me consolaría estar al corriente de cuanto Vds. hacen y ver cómo va amaneciendo».