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Amistades peligrosas por Ángel del Río
Un día Pedro Castro, siendo alcalde de Getafe, quiso acallar los rumores que hablaban de su enfrentamiento con el secretario general del PSM, Tomás Gómez. En dos foros distintos dijo dos frases diferentes, pero con el mismo contenido: «Quien meta la mano entre Tomás y yo va a sacar sólo el muñón», «Tomás y yo somos uña y carne». Pero pasa el tiempo, cambian los comportamientos; las afinidades de siempre se convierten en amistades peligrosas, no se vuelven las manos muñones y la uña se separa de la carne hasta no encontrarse jamás.
El dedo del designio deja de tener uña y carne cuando Gómez cree que, después de 28 años de alcalde, Castro no debe volver a presentarse como candidato a la alcaldía, y Castro ofrece una resistencia numantina. Las distancias se alargan y Castro de desvincula de Gómez: apoya abiertamente a Rubalcaba frente a la candidata de Gómez, Carme Chacón, en las elecciones a la secretaría general del partido; y apoya a Pilar Sánchez-Acera frente a Gómez en las elecciones a la secretaría general del PSM.
Castro había perdido antes la alcaldía de Getafe y con ella el poder y el apoyo de la gente del partido, de asociaciones, casas regionales y otras entidades que le habían cambiado amistad por subvención.
Castro apostó en su momento a caballo perdedor y ahora lo ha perdido todo, hasta la portavocía de su grupo en el Ayuntamiento de Getafe, que es como perder los zapatos cuando a uno le han quitado ya toda la ropa y enfila el camino de regreso a casa ligero de equipaje.
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