España
Remar en tiempos de crisis
Seguramente, si no existiese una asociación como Aproafa, habría que inventarla. Es una iniciativa que reúne a la totalidad de las instituciones y de los profesionales de las oficinas de farmacia. En concreto, en ella se dan cita las organizaciones colegiales que representan a los más de 50.000 farmacéuticos y a las cerca de 20.000 oficinas de farmacia repartidas por toda España.
También están representadas en ella la totalidad de las empresas de distribución farmacéutica mayorista. Su misión es tan clara como objetivamente necesaria: garantizar entre todos la accesibilidad al medicamento en condiciones de equidad, comunicar a la sociedad los beneficios sanitarios, sociales y económicos que aportan en su quehacer diario y el acceso a un servicio farmacéutico de calidad.
Con semejante tarea tampoco ha de extrañar que Aproafa haya llegado a su décimo aniversario, celebrado recientemente. En estos diez años ha demostrado su utilidad y lo necesario de su función. Ahora, han llegado los tiempos difíciles, pero Aproafa está intentando capear el temporal. La situación económica y las zancadillas oficiales que se lanzan desde determinados ámbitos han puesto contra la pared a muchas de las pequeñas oficinas farmacéuticas, con graves problemas financieros o para poder vender sus licencias.
Ahora más que nunca, Aproafa es necesaria para intentar hacer frente a las adversidades. Todos aquellos que apostaron por ella en su creación –colegios, distribuidoras y farmacéuticos– deben arrimar el hombro para superar el delicado momento por el que pasa hoy la Sanidad. «Es hora de remar juntos para preservar nuestro modelo de Farmacia», dicen estos días no pocos profesionales del sector. Tienen razón. Porque, lo dicho: si Aproafa no existiera, habría que inventarla.
F. MORENO
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