Alcàsser (valencia)- Siempre ha estado vinculado con el Consistorio valenciano, pero desde 1995, y hasta 2003, tuvo que liderar un Ayuntamiento que, como las familias afectadas, tuvieron que cargar con la losa de un crimen imborrable.
–¿Cómo recuerda aquellos días en los que saltó a los medios que tres menores de la localidad habían desaparecido?
–Con mucho dolor. Fue una locura colectiva. Al pasar unos días, la gente parecía resignada a buscar los cuerpos de las chicas. No era normal que desaparecieran sin dejar rastro. Luego, en 1996, el juicio fue estrambótico.
–Veinte años después, ¿el pueblo se ha recuperado?
–Todos los que pueden tener de 35 años para arriba vivieron aquella historia tan dramática. El pueblo sigue su curso. No dejamos de tener una herida que no sangra, pero que tampoco ha logrado cicatrizar.
–Ha sido posiblemente uno de los sucesos que más controversia han creado a su alrededor. ¿Cuál es su opinión?
–Desde mi apreciación, es las obra de unos locos que actuaron en un momento determinado. No creo que fuera una trama, aunque es lógico que haya gente que lo puedan pensar. Pero nunca hemos tenido la convicción total de qué pasó y quienes intervinieron. Y al principal implicado no se le ha podido inculpar.
–Ricart no saldrá de prisión hasta 2024. Así, pasará casi 30 años entre rejas. ¿Sería partidario de la cadena perpetua?
–Debería pasar 30 años como mínimo... Para determinados crímenes, de una especial maldad, y es una opinión muy personal, debería existir la cadena perpetua. Cuesta pensar que una persona que ha provocado tanto terror puedas encontrártelo por la calle.