Campaña electoral
España tiene futuro
El 20 de noviembre los españoles estamos llamados a las urnas. Se trata de las elecciones más importantes de la historia de la democracia. Consolidado nuestro sistema constitucional de libertades, nos jugamos ahora, en un momento crítico, el futuro de nuestro bienestar y el de nuestros hijos.
España se encuentra bajo el signo de una crisis económica que algunos empezaron negando, que luego fueron incapaces de cortar con reformas económicas que no acertaron a hacer y sobre la que ahora intentan desviar la atención centrando la campaña electoral en otros asuntos. Es una crisis internacional a la que se superpone otra más específica, «española», con las tasas de paro más elevadas del mundo.
El hecho de que existan cinco millones de parados es, en mi opinión, el epicentro de lo que debe ser el debate público en España. Se trata del principal problema nacional, un drama en toda regla y el asunto al que todos debemos dedicar los mayores recursos e incluso lo mejor de nosotros mismos.
Quienes consideramos que la política es el arte de hacer posible aquello que es necesario sabemos que sacar a España de esta crisis es una responsabilidad a la que quienes formamos parte del Partido Popular estamos dispuestos a enfrentarnos si alcanzamos la mayoría en las urnas. Somos conscientes de que el reto de vencer a la crisis y crear empleo necesita del liderazgo de una persona, nuestro candidato Mariano Rajoy, pero también de la implicación de todos. Sabemos de sobra que solo cuando hemos hecho las cosas juntos, los españoles hemos sido capaces de llevar a cabo las mayores empresas.
El periodo de ineludibles reformas que se abrirá tras el 20-N precisa de personas que inspiren confianza, seguridad, certeza y rigor. El tiempo de la imprecisión, la improvisación y la ocurrencia debe quedar atrás. Los problemas complejos requieren soluciones sensatas y esas son las que puede aportar un partido sólido, con un líder preparado y con un proyecto completo para abrir la puerta a la salida de esta crisis.
España necesita un Gobierno que resuelva los problemas de la gente. Me refiero a los problemas reales de los ciudadanos. Ha quedado demostrado que buscar solución a problemas que no existen es la mejor forma de crearlos. Es la forma también de malgastar tiempo, dinero y energía que son imprescindibles enfocar en la dirección correcta.
El tiempo que viene es el de políticos coherentes, que hablen alto y claro, que le digan la verdad a la gente, llamando al pan pan y a la crisis crisis. Es lo que nos demandan los ciudadanos de Castilla y León todos los días. Es lo que necesitan el conjunto de los españoles. Porque a los ciudadanos lo que les preocupa es darle un futuro mejor a sus hijos y para eso los políticos tenemos que hacer los deberes, con sentido de Estado y con la mirada limpia.
En estos momentos el Partido Popular es la única alternativa a la situación actual. Los que nos metieron en esto no podrán sacarnos. Sí podrá hacerlo quien ya una vez demostró su capacidad para sacar a España de una situación terrible hasta provocar aquello que se llamó «el milagro español», algo que lejos de ser un sueño melancólico debe de ser otra vez un objetivo.
Somos conscientes, quienes estamos en el Partido Popular, de que España no será respetada en Europa mientras no arregle sus problemas más urgentes. El cambio, por ese y mucho otros motivos, es hoy una necesidad.
Rajoy es ese cambio. Él y su equipo son conscientes de que la gente está ya cansada de continuos enfrentamientos y de vivir en un ambiente agitado. Es el momento de estar unidos, alrededor de unos valores, pero por encima de ideologías, porque lo que hace falta ahora es esfuerzo, no protagonismo.
El PP afronta el reto electoral del 20-N y el reto posterior de asumir responsabilidades de Gobierno, si así lo quieren los españoles, con ilusión y sentido de la responsabilidad. También con la consciencia de que tenemos un proyecto y un equipo para el cambio, dirigidos por la persona más preparada para liderar el tiempo que viene.
La crisis ha aplazado en gran medida el diferencialismo ideológico y pide soluciones. Por eso, sumarse al cambio, como dice nuestro lema, es, en estos momentos, apostar por la esperanza y creer en el futuro.
El proyecto que encarna Mariano Rajoy no excluye a nadie ni está diseñado frente a nadie. Es un proyecto de inclusión, de suma, de agregación, en el que todos cuentan. Un proyecto en el que la creación de empleo es el principal objetivo y en el que las políticas sociales no son una generosa dádiva del Estado, sino la concreción de derechos básicos. Un proyecto que considera que el trabajo es el principal derecho social del ciudadano y la destrucción de empleo un drama colectivo. Un proyecto en el que la palabra recorte se utilizará para acabar con lo que es superfluo, con lo que sobra, que es mucho, pero sin atravesar las líneas rojas que otros sí atravesaron: pensiones, educación, sanidad, ayudas a la familia, dependencia y prestación por desempleo.
Un proyecto, en resumen, que cree en España, que utilizará la verdad como única estrategia de comunicación, pensado sólo y exclusivamente en el futuro, porque el pasado en el que algunos han estado instalados ya no existe. Tres palabras: España, verdad y futuro. Tres palabras que engloban el proyecto de cambio del Partido Popular, un proyecto para sumar, no para pelear.
✕
Accede a tu cuenta para comentar