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Un final feliz por Carmen Gurruchaga

La Razón
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El periodista Roberto Saviano se inspiró en Michel Zagaría, el jefe del clan de los Casalesi, para escribir «Gomorra», una novela en la que descubría el modus operandi de la mafia napolitana y ofrecía nombres propios con historias de asesinatos (3.600 personas desde 1979) y extorsiones. Este trabajo le supuso tener que vivir con protección policial para no ser asesinado por las redes mafiosas que había puesto al descubierto. Ahora, con suerte, la novela podrá tener un final feliz, pues Zagaría se pudrirá en la cárcel al haber sido juzgado en rebeldía y condenado a tres penas de cadena perpetua. El jefe del clan más peligroso de la Camorra manejaba las actividades de su organización criminal desde el búnker subterráneo, construido en los bajos de una casa de su ciudad natal, donde fue hallado ayer. Desde ese agujero bajo tierra generaba 30.000 millones de euros anuales en negocios ilícitos, relacionados con el turismo, la construcción, contratos públicos y los típicos de droga, prostitución, armas… La misma cantidad que tienen que «ahorrar» España o Italia. La vida y caída de Zagaria supone un gran triunfo para el Estado en la lucha contra los negocios ilegales y un duro golpe para la Camorra. Y es que la mayoría de los socios de Zagaría están presos desde hace tiempo y en la operación de ayer fueron detenidas 50 personas. Pero en Italia aún quedan otras tres organizaciones ilegales.