Copa del Rey

Cuenca

Al Barça le vuelve a fallar la puntería (1-1)

Dominó al Valencia pero no acertó en los metros finales. Alves incluso le paró un penalti a Messi

Al Barça le vuelve a fallar la puntería (1-1)
Al Barça le vuelve a fallar la puntería (1-1)larazon

Decía un anuncio de neumáticos que «la potencia sin control no sirve nada». Trasladado al fútbol, podemos decir que «la posesión del balón sin gol no sirve para ganar partidos». Algo de eso le pasa al Barça últimamente, justo de fuerzas y, encima, negado en los metros finales. En la Liga, le está costando puntos. En la Copa, como ayer en Mestalla, esas ocasiones perdidas pueden valer una final.

Los minutos que más ha sufrido el Barcelona en toda la temporada fueron en Mestalla, en su visita liguera. Durante la primera media hora de encuentro, Mathieu hizo polvo la defensa de tres hombres azulgrana, que por aquel entonces estaba acabando de ajustarse, y convirtió la banda derecha de la defensa en una pesadilla para Mascherano y Alves. Con estos precedentes, no era difícil imaginar que Pep Guardiola optaría por algún cambio en su sistema defensivo para tapar ese agujero. El Barça se plantó en Valencia con cuatro defensas, con Puyol de lateral derecho y Alves en el banquillo, mezcla de descanso y sus problemas con Mathieu.

La suplencia del lateral brasileño y la presencia del capitán en banda no frenó el ímpetu del francés, ayer interior, que le tiene tomada la medida al Barcelona. Antes de la media hora, Jonas abría el marcador tras otra internada de Mathieu por banda. Una jugada estudiada a la perfección por Emery para hacer daño al Barça y que le sigue funcionando. En descargo de la defensa barcelonista, apuntar la fortaleza física y la velocidad del jugador galo, un portento difícil de frenar cuando tiene espacios.

En defensa, los planes del Valencia quedaron bien claros desde el pitido inicial. Había que evitar la continuidad en el juego azulgrana de todas las maneras posibles. Si Messi se iba, agarrón y falta. Si Cesc driblaba, zancadilla y falta. Todo bajo el amparo del reglamento y de González González, incapaz de frenar los continuos derribos con alguna tarjeta. Eso de que, en los primeros minutos, los árbitros salen a contemporizar fue llevado al extremo.

El colegiado gallego confirmó que el arbitraje español dista mucho de la calidad de sus equipos. Ni supo cortar las faltas del Valencia ni se atrevió a expulsar a Pinto a los veinte minutos del choque, cuando el portero gaditano tocó claramente el balón con la mano fuera del área para desbaratar un ataque del rival. El juez de línea, bien colocado, tampoco tuvo el coraje de hacerlo. Una noche nefasta para el trío arbitral. Una más. Y a esto no se le atisba final. Como tampoco hay final en el túnel de Pinto, que ya regaló un gol en el Bernabéu y que parece empeñado en dificultar las cosas a su equipo.

La acción del portero azulgrana cambió el rumbo del partido durante unos minutos. El Barça dominaba, tenía el balón y llegaba con peligro a la portería de Alves. Alexis desperdició dos ocasiones clarísimas y Messi tampoco estuvo fino en el remate final. Al Valencia le duraba la pelota tanto como un litro de gasolina a un Ferrari, pero se animó tras la mano de Pinto. El ambiente se calentó y eso se trasladó al campo. Un remate con peligro de Soldado y el gol de Jonas fueron la cosecha «ché».

Consciente o inconscientemente, sólo Emery lo sabe, el Valencia dio un paso atrás a raíz del tanto y el Barça volvió a asumir el control absoluto del choque, encontrando su premio. Cuenca completó una jugada de «crack» con un pase a Alexis que, superado el punto de penalti, fue incapaz de batir a Diego Alves. Definitivamente, no era su noche. La acción acabó en un córner que lanzó Cesc y remató Puyol a gol. El capitán es otro recurso que ha encontrado Guardiola para romper las defensas rivales.

El empate con goles era un resultado más o menos bueno para el Barça, pero los azulgrana salieron en la segunda parte con mucha fuerza para intentar sentenciar con un segundo tanto. Alexis acertó a batir a Alves justo en la jugada en que estaba en fuera de juego. El portero brasileño se convertiría en protagonista indiscutible del encuentro minutos después. Thiago provocó un penalti claro que, esta vez, González González sí señaló. Pero Messi lo falló. O Alves lo paró. Depende del punto de mira.

El hecho es que el Barça desperdiciaba una ocasión clarísima para casi sentenciar su pase a la final. Una clasificación que también tuvo Dani Alves en sus botas, pero su disparo, sin oposición alguna, se topó con el poste. El punto de mira de los azulgrana está desajustado y el Camp Nou dictará sentencia.


«Colorado» debió ser expulsado
En el Barça de la Copa juegan Pinto y diez más. El portero quiso homenajear a su abuelo materno, fallecido hace poco, y en su camiseta lució su segundo apellido, Colorado. Pues Colorado estuvo a punto de liarla, lo mismo que Pinto en los cuartos contra el Real Madrid. El guardameta no pudo hacer nada en el gol de Jonas y estuvo más seguro con los pies que en duelos anteriores. Pero protagonizó la jugada más polémica de la noche. Salió a buscar un balón por el que peleaban Soldado y Piqué, y lo tocó con la mano fuera del área. González González no pitó la falta ni expulsó al guardameta. El Valencia se quejó y Jordi Moix, directivo azulgrana, respondió: «No hablamos de los árbitros ni bajamos a los parkings a esperarles».


- Ficha técnica:


1 - Valencia: Alves; Miguel, Rami, Víctor Ruiz, Mathieu; Albelda (Tino Costa, m.66), Éver; Piatti (Feghouli, m.59), Jonas (Aduriz, m.75), Jordi Alba; y Soldado.

1 - Barcelona: Pinto; Piqué, Puyol, Mascherano, Abidal; Cesc, Sergio Busquets, Thiago (Jonathan Dos Santos, m.79); Cuenca (Tello, m.87), Messi y Alexis (Alves, m.63).

Goles: 1-0, m.27: Jonas. 1-1, m.35: Puyol.

Árbitro: González González (Comité castellano-leonés). Mostró tarjeta amarilla a los locales Jonas, Banega, Albelda, Víctor Ruiz, Jordi Alba y Mathieu y a los visitantes Mascherano y Pinto.

Incidencias: partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey disputado en el estadio de Mestalla ante 51.800 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. A la salida de los equipos, la afición realizó un mosaico desde la grada en el que se podía leer 'Jo crec' (Yo creo).