Sevilla
OPINIÓN: Parece un accidente
Dos muertos más se cobró la embriaguez al volante en la madrugada del domingo, una de ellas una chica de 22 años, de rostro angelical y mirada azul Caribe que tuve la dicha de contemplar un par de veces, en un restaurante de la calle Harinas en el que trabajaba. Otros dos muertos evitables pero no evitados porque la Policía Local carece de medios para implantar esos controles de alcoholemia disuasorios, tan molestos como providenciales. Cualquiera que tenga el hábito de tomar copas sabe que se ha reducido drásticamente la presencia de agentes en la calle por la noche y que la impunidad es total. Sólo quien causa un accidente tiene algo que temer pero, claro, con una docena de güisquis en el cuerpo, cualquier descerebrado se cree Carlos Sainz. Y la autoridad llega cuando la tragedia ya se ha producido. Otra consecuencia odiosa (más) del mal uso del dinero público. Si el Ayuntamiento restase los millares de enchufados a los 12.000 empleados que pacen a nuestra costa, habría policías suficientes como para garantizar la seguridad vial de todas las ciudades entre Rabat y Helsinki. Pero mientras la proclamada austeridad llega con cuentagotas, los problemas crecen a ritmo exponencial. Ni siquiera lo tendrán sobre su conciencia.
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