Fútbol
Difícil mojarse
Un sabio periodista deportivo madrileño, sabio porque no solía mojarse, en vísperas de encuentros como el de hoy en el Santiago Bernabéu vaticinaba: «Victoria mínima de uno de los dos salvo empate».
Cuando no hay un enfrenamiento, sino una serie de cuatro y en juego grandes cuestiones es el más difícil todavía de pronosticar. Además del tópico de que en el fútbol puede ocurrir de todo, valiéndonos de las estadísticas, aunque tampoco son datos fiables, no parece probable que uno de los dos gane los cuatro partidos ni que uno venza en dos y ello le reporte la Copa del Rey y la final de Liga de Campeones.
Los signos orientativos indican que el Real Madrid ha llegado mejor a esta parte fundamental de la temporada. Al Barça le afectan sobremanera las bajas de Puyol, aunque sea convocado, y Abidal y le cuesta marcar más que al Madrid, que tiene menos posesión del balón. Los cuatro compromisos no dependen de Messi y Cristiano como algunos plantean. La cuestión es más profunda. Parece que Messi está en buen momento. Cristiano ha reaparecido tras una lesión, y su recaída, y tiene el punto de mira desviado, según se desprende del número de remates de los últimos encuentros y las pocas veces que ha encontrado portería.
Que haya marcado no significa que ello sea síntoma, sino que da la impresión de que es excepción. No obstante, de un futbolista de su categoría cabe esperar golpes de genialidad. Posdata. El Villarreal ha llegado por tercera vez a una semifinal europea. En Holanda ganó con ocho canteranos.
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