Atlético de Madrid

Dublín

Javito tumba al campeón

El Aris supera al Atlético con un tanto del jugador español / Los de Quique jugaron un mal partido n Buen planteamiento de Cúper

Javito tumba al campeón
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El camino a Dublín, donde se jugará la final de la Liga Europa, comenzó en Salónica para el campeón. Y no fue un camino de rosas, el estreno en el infierno, cada vez menos infierno, griego. Porque el Atlético se lo tomó con mucha calma, se refugió en una buena defensa, en donde la figura de Godín cada día cobra más protagonismo, y esperó pacientemente su oportunidad ante un Aris, ordenado, con el sello de Héctor Cúper, y que hizo un gran esfuerzo físico para maniatar a los de Quique. Sin embargo, fue Javito el que bajó de la nube a los madrileños que si juegan siempre como ayer no serán la tercera vía del fútbol español.

Le salió bien al equipo griego su planteamiento. El Atlético no tenía la pelota, aparecía poco en el campo rival y acusaba la falta de algunos titulares. No se veía inquietado en exceso y sobrevivía sin tener el balón, defecto habitual de los rojiblancos que en la cuestión de elaborar el juego nunca han sido unos superdotados. Daba igual que estuvieran Fran Mérida, excesivamente escorado a la derecha, y Tiago, que actuó por detrás de Forlán en la función que la temporada pasada hacia Jurado. Y aunque los dos son buenos peloteros, se juntaron poco y sólo ofrecieron detallitos de su calidad individual. Sus compañeros de viaje, Camacho y Raúl García, no están llamados a la templanza, los cambios de juego y el último pase.

Si en la primera parte no había ocurrido nada de nada porque el fútbol no apareció, el gol de Javito revolucionó el partido. Quique había apostado por Diego Costa, el Atlético parecía que tenía más ganas y en un contragolpe griego el jugador español superó a Domínguez y Godín y remató ajustado al palo. Fiesta en las gradas y más emoción en el campo. Al Atlético le picó el amor propio, entró Reyes y llegaron las primeras señales de que el equipo no quería perder. Pero su fútbol embarullado y con pocas entradas por banda era fácil de desbaratar para un Aris muy concienciado, que lanzaba contragolpes y buscaba a Keko para sentenciar.

Un error de De Gea que arregló Valera con su cuerpo, dos ocasiones de Diego Costa, tras dos saques de esquina, y una parada del meta rojiblanco a remate a bocajarro de Keko pusieron la pimientas a los últimos minutos de un partido que el Atlético se tomó con demasiada calma, al principio, y cuando quiso reaccionar no tuvo ni el juego ni la calidad suficiente para buscar las cosquillas a los de Cúper, que con su buen planteamiento se notó que había estudiado perfectamente a los rojiblancos.

Del Atlético poco bueno que decir. No se pareció en nada al que ganó en San Mamés o al Inter. Asomaron los mismos defectos de la temporada pasada, aunque la fortaleza defensiva es mayor, porque no hay nadie que mande en el equipo por muchos centrocampistas que ponga Quique. Ayer, la alineación no era la de gala y el equipo esperó mucho para irse al ataque y buscar el triunfo. Fue conformista, dejó que el Aris tuviera la iniciativa y vio cómo Javito, un jugador español, le tumbaba. El campeón se tambaleó y demostró poca fortaleza.