«Tenían que ponerle cadena perpetua»

Allí, hacia las 10:00 de la mañana de ayer comenzaron a llegar los testigos, las partes, las acusadas... Y Francisco reconoció que, ante el encuentro con las dos menores acusadas, se sintió «impotente» y reconoció que por ese motivo se encontraban muy nerviosos desde la noche anterior.

Se reconocen culpables
Las dos menores, C. H. S. y N. N. N., imputadas la primera por asesinato y la segunda como encubridora, «se han reconocido culpables» de los hechos, según explicó al término de la audiencia María Ponte, abogada de la familia de Cristina Martín, la niña de 13 años asesinada por una compañera de 14 en la localidad toledana de Seseña el pasado mes de marzo. Ponte añadió que las acusadas no contaron «detalles» de los hechos pero que, al reconocerlos, no fue preciso celebrar juicio, pues se aceptaron las medidas solicitadas por las partes.

Gracias a eso, ayer mismo, sin esperar más, Francisco y Pilar pudieron oír la sentencia: la autora del crimen pasará cinco años de internamiento en régimen cerrado y tres de libertad vigilada mientras la encubridora ha sido condenada a dos años de internamiento en régimen semiabierto de los cuales uno lo cumplirá en libertad vigilada.

Ante esta sentencia, Francisco Martín ha declarado que, «tal como está la Ley», está «satisfecho» pero «no contento, porque tenía que haber sido cadena perpetua». Precisamente, en la puerta del juzgado, los padres de Cristina se encontraron con María del Mar Bermúdez, la madre de Sandra Palo, que viajó a Toledo para apoyar a la familia y para volver a pedir el endurecimiento de la Ley del Menor.

Ponte señaló, no obstante, que aún queda por valorar por parte del juez la responsabilidad civil.