Estreno

Torsos personajes y zarzuelos

La Razón
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No empecé bien el sábado, había tenido una noche agitada, con sueños varios, el más insistente era uno en el que interpretaba al protagonista de una de las series que triunfan en televisión. Al despertar comprendí que ni en sueños podía ser posible y es que ya se sabe que, como dijo el bueno de Calderón de la Barca, «los sueños, sueños son». Para estar en una de estas películas televisivas, los hombres tienen que tener un magnífico y bien definido torso, da igual que la serie sea de romanos, de repúblicas, de barcos, de médicos... Los jóvenes que dan vida a los personajes tienen que salir mucho luciendo el torso, venga o no venga a cuenta. Teniendo en cuenta las fechas del calendario que a uno le han pasado por encima, mi parte delantera es una auténtica ruina, de la trasera para qué hablar. El viernes estuve en «Espejo público» de A3; los temas eran conocidos: Duquesa y Alfonso, Espartaco, y uno nuevo, Rocío Carrasco y su vuelta al trabajo. En los dos primeros volví a insistir en lo que los protagonistas me han contado, pero otra vez volvió a salir esa especie de perversión informativa, por la cual lo que digan los protagonistas de la noticia no es lo importante, lo que de verdad interesa es eso que llaman «fuentes muy cercanas». Se habló de ciertas prohibiciones que se han impuesto al señor Díez para visitar a la Duquesa, nada más lejos de la realidad. Alfonso acompañó el viernes a Cayetana a la representación de «Doña Francisquita» en el Teatro de la Maestranza, interpretada maravillosamente por la joven soprano Mariola Cantarero. Tenían varios compromisos y el domingo almorzaban con sus mejores amigos, Curro Romero, Carmen Tello, y un grupo en el que estaban la citada soprano y el tenor Ismael Jordi. Como siempre, se les ve encantados. Sobre el tema Rocío Carrasco, se dijo que iba a presentar un concurso musical en Canal Sur, en el que se pretendería elegir a la sucesora de Rocío Jurado, imposible tarea, por cierto. Hablé con Rocío, me informó de que el proyecto todavía no se había firmado y que no se contemplaba que ella lo presentara, que todavía no ha decidido volver al trabajo.