Dinamarca

Europa vuelve a temblar por las cenizas de otro volcán islandés

Europa vuelve a sentirse amenazada ante la posibilidad de que un volcán islandés pueda alterar el tráfico aéreo de la UE. La nube de cenizas procedente del Grimsvötn, en erupción desde el pasado sábado, obligó a cancelar ayer 500 vuelos en Reino Unido de los 29.000 previstos en toda Europa.

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España también sufrió las consecuencias de la nube y se suspendieron 26 vuelos con destino o salida en Reino Unido. La Agencia Europea para la Seguridad en la Navegación Aérea (Eurocontrol) dijo ayer que «el impacto real en los vuelos será relativamente reducido», mientras que el comisario de Transportes, Siim Kallas, aseguró en rueda de prensa que «no anticipamos en estos momentos un cierre extendido del espacio aéreo», según informa Efe. Este anuncio vino respaldado por los datos que maneja Eurocontrol, según los cuales el volcán islandés está «reduciendo» su actividad. Según la Oficina Meteorológica de Islandia, la altura de la columna de humo volcánico ha descendido de 20 kilómetros el sábado a 5 kilómetros registrados ayer. Las estimaciones del Centro Asesor sobre Ceniza Volcánica, con sede en Reino Unido, prevén que la nube llegue hoy a Dinamarca, el sur de Noruega, el norte de Alemania y Suecia, aunque su dirección podría cambiar en función del viento.

En nuestro país, las autoridades mantienen la calma. El secretario de Estado de Transportes, Isaías Táboas, aseguró que el espacio aéreo español no se verá afectado en las próximas horas, informa Roberto L. Vargas. Según explicó el cargo de Fomento, la borrasca situada sobre Irlanda está empujando la nube hacia los países bálticos y el norte de Europa, si bien matizó que es muy complicado hacer previsiones completamente fiables más allá de 24 horas. Táboas, no obstante, se mostró optimista porque sus características, aseguró, son muy distintas a las del fenómeno de hace un año, al encontrarse a menor altura y tener partículas más densas, lo que ayudará a su disolución. Todos los organismos competentes en la materia a nivel europeo se han apresurado a tranquilizar a la población y a desvincular el posible impacto del que tuvo el año pasado el Eyjafjallajökul, también en Islandia. Entonces se cerró el espacio aéreo de varios países europeos y diez millones de pasajeros quedaron en tierra tras cancelarse 100.000 vuelos.

Los gobiernos y los expertos en la materia descartan un nuevo caos aéreo por el tipo de ceniza y la intensidad de la erupción, pero en lo que no se han puesto de acuerdo es en la adopción de una postura común sobre si los aviones pueden volar cerca de la nube o no. El país más contundente ha sido Alemania, que ha pedido restringir los vuelos cuando existan señales significativas de ceniza, según informa Reuters. Además, las aerolíneas están presionando para evitar soluciones drásticas que perjudiquen sus ingresos. La Asociación de Transporte Aéreo, el principal «lobby» del sector, tachó ayer de «inaceptable» la reacción del Gobierno británico al interrumpir el tráfico aéreo. El escenario ha cambiado con respecto al año pasado. Ahora los estándares incluyen tres niveles de concentración que miden la peligrosidad de la ceniza volcánica: bajo (hasta 2 miligramos por metro cúbico), medio (4 miligramos) y alto, por encima de esta cifra. La Asociación de Transporte Aéreo esgrime, además, que los aviones están en condiciones técnicas de volar con cenizas de nivel medio y bajo.

Ryanair dice que la nube es «un mito»
La compañía Ryanair canceló anoche el vuelo que debía salir desde Reus con destino a Glasgow, debido a que la ceniza del Grimsvötn cubría ya parte del espacio aéreo británico. Ryanair, que anunció a primera hora de ayer su intención de volar con normalidad a Escocia, canceló sus operaciones después de que uno de sus aviones hiciera un vuelo de «verificación». Sin embargo, la compañía irlandesa insistió, tras revisar el aparato, en que «la ausencia de ceniza volcánica apoya la posición de Ryanair de que no hay riesgos para los aviones en la mítica ‘zona roja', que es otra equivocada invención de la Oficina Meteorológica y de la Autoridad de la Aviación Civil británicas».