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De la exhibición a la angustia

El Barça se complica un duelo que había dominado n Con diez, Luis Fabiano y Kanouté marcaron y pusieron el 2-3. Los azulgrana serán campeones si ganan al Valladolid 

De la exhibición a la angustia
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El Barcelona pasó de la exhibición a la angustia. Ejerció de campeón en el Sánchez Pizjuán durante más de una hora, en la que afloraron todas sus virtudes y ante la que nada pudo hacer el Sevilla. Se colocó con tres goles de ventaja y con un jugador más por la expulsión de Konko. Todo era perfecto, incluso el Real Madrid empataba y el Barça podía ser campeón sin esperar a la última jornada. Pero dos despistes a punto estuvieron de voltear la situación. Kanouté y Luis Fabiano aprovecharon el exceso de confianza de los azulgrana, que además desperdiciaron una ocasión tras otra, y marcaron dos veces.

Parecía increíble: lo que no pudo hacer con once lo logró con diez el conjunto de Antonio Álvarez. También hubo goles en el Santiago Bernabéu. Un tanto más de los andaluces daba el liderato al Real Madrid. El recuerdo del «Tamudazo» se presentó en Sevilla, pero fue sólo un fantasma. El Barça aguantó. Hubo sofocón, nervios, tensión, Guardiola mandó a sus jugadores defender más que atacar en el tiempo extra. No era una renuncia a sus principios, era una situación desesperada, pero el marcador no se movió. Fue un partido acorde con el campeonato al que sólo le queda una jornada.

Tensión hasta el final, pero el Barça ya está a un palmo del título. Ya lo acaria, lo huele y lo siente. Casi lo toca. Más que nunca, la Liga está en sus manos: se la jugará a un partido, en casa y contra el Valladolid. Un escenario ideal, salvo porque los de Javier Clemente estarán también en plena y desesperada lucha por evitar el descenso.El campeonato 2009/10 es sin duda el de los pequeños. A Guardiola no le tembló el pulso en el instante decisivo. Los millones que costó Ibrahimovic, el fichaje más caro en la historia del club, no fueron suficientes para ponerle en el equipo titular de un duelo tan trascendental. Pep apostó por la fórmula que mejor le ha funcionado en las últimas jornadas, la de los «bajitos»: Bojan, que se ha unido a la causa en la recta final y que lleva una racha espectacular; Pedro, el incansable; Messi, la figura, el jugador decisivo; y, por supuesto, Xavi, sobre el que gira todo.

El «6» está forzando. El daño que tiene en el sóleo derecho, independientemente de los centímetros de la rotura, no es suficiente ante la naturalidad con la que se mueve sobre el césped. El fútbol fluye a su alrededor casi sin querer, la pelota va de un lado a otro, obediente, descarga el juego cuando debe... Es el socio perfectopara todos. Con Xavi al mando, la pelota empezó a tener un único dueño: el Barça. Salvo los dos primeros minutos, una minucia, la primera parte fue un monólogo. El Sevilla no pretendía discutir la posesión a los azulgrana. Esperaba en su campo para robarla y contragolpear con los rápidos Navas y Capel. O para buscar en largo a Kanouté y que el malí propiciara segundas jugadas. Se llevó un par de balones por alto, pero no tuvo compañía. El problema del planteamiento de Álvarez era recuperar ese balón. Zokora y Renato nunca pudieron con el centro del campo del Barça, que no tardó en tener motivos para tranquilizarse. Maxwell encontró a Messi en el área y el «pichichi» controló con el pecho, se abrió un poco y remató cruzado.Un gol tan pronto suponía vencer al primer peligro, la ansiedad. Con la tranquilidad del resultado comenzó las exhibición del Barça y la impotencia del Sevilla, que también se la estaba jugando. No es lo mismo disputar la Liga de Campeones que la Liga Europa, tanto en prestigio como en dinero. El líder fue más fiel a sí mismo que nunca, con calma, con temple, con las entradas de Alves por la derecha o los cambios de juego de Piqué. Así fueron llegando las oportunidades y los goles: Bojan hizo el segundo tras otro magnífico pase de Xavi y Pedro marcó el tercero.

Pudieron llegar muchos más, pero no lo hicieron. Palop se encargó de evitarlo. Después llegó la expulsión de Konko y la locura en un minuto. Kanouté con la izquierda y Luis Fabiano tras una falta sacada rápidamente por Zokora pusieron el 2-3.El Barça logró serenarse y en realidad no le hicieron más ocasiones. Un partido en el que había borrado a su rival, de los más completos del año, casi se convierte en su «tumba». Sólo Javier Clemente y el Valladolid separan al Barça del título. Habrá sufrimiento hasta el final.