Europa

Berlín

El Gobierno culpa a Merkel y sigue sin actuar ante su peor crisis de confianza

Campa dice que se trata de «fluctuaciones de uno o dos días» aunque después admite que es «muy preocupante».

El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, conversa con la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgado
El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, conversa con la vicepresidenta segunda y ministra de Economía, Elena Salgadolarazon

Una jornada más los mercados volvieron a mostrar su desconfianza hacia España, lo que llevó a la prima de riesgo –el diferencial entre el bono español a diez años y el alemán– a superar por primera vez los 300 puntos básicos –tocamos los 311–, si bien se relajó al cierre y finalizó la sesión en 291 puntos básicos.

Salgado critica a Alemania
Ante esta situación, el Gobierno reaccionó y reiteró que cumplirá los compromisos de reducción del déficit y acometerá las reformas pendientes. La vicepresidenta económica, Elena Salgado, aseguró que las tensiones que viven los mercados y que han llevado al riesgo país de España a su máximo histórico desde la entrada en vigor del euro, son un «ataque» a la divisa comunitaria y no están motivadas por una supuesta falta de solvencia de España.

Salgado criticó veladamente a la canciller alemana, Angela Merkel, de las turbulencias financieras que vive la eurozona, e insinuó que las dudas sobre la evolución de las primas de riesgo coinciden con las fechas de «ciertas declaraciones públicas en el ámbito europeo», si bien no apuntó a nadie directamente. Asimismo, reclamo al PP, como partido «que tiene oportunidad de ser Gobierno» que aporte confianza para frenar la especulación contra España.

El secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, consideró preocupante que el coste de la deuda se prolongue en el tiempo. A pesar de que los mercados llevan dos semanas de fuerte presión sobre la deuda española, Campa afirmó que «no se puede reaccionar a fluctuaciones de uno o dos días del mercado» y destacó la reforma de las pensiones como un elemento «fundamental» para dar confianza.

Por su parte, el secretario de Estado de Hacienda, Carlos Ocaña, se mostró convencido de que la crisis de deuda se «va a tranquilizar» en los próximos días, aunque recalcó que la tranquilidad no supondrá el fin de las tensiones. Respecto a las declaraciones de Salgado, Ocaña negó que la vicepresidenta haya echado la culpa a Berlín y señaló que lo importante es aprender a explicar la actual situación a los mercados.

El incremento de la presión sobre la deuda no pasó desapercibido para la bolsa española, que bajó el 0,62% y perdió el nivel de los 9.300 puntos. De esta forma, el parqué madrileño cerró noviembre con una caída del 14,2%, el mayor descenso mensual desde la quiebra de Lehman Brothers en octubre de 2008. La moneda única perdió los 1,30 dólares y cerró en su nivel más bajo desde mediados de septiembre, 1,29 dólares.

El ex presidente del Gobierno Felipe González alertó del posible rescate de Portugal en un plazo de dos meses si el Banco Central Europeo (BCE) no compra deuda pública de los países con problemas –hecho que esperan los mercados–, aunque no mencionó expresamente el nombre del país ibérico. González advirtió de que si esta situación se traslada a un cuarto país, en alusión a España, «contaminará a toda Europa y no tendrá arreglo».

Según los analistas, la posibilidad de que España tenga que ser rescatada es improbable, aunque advierten de que tendrá que seguir demostrando que es capaz de aplicar las reformas oportunas que reduzcan el déficit. En el mismo sentido se expresaron fuentes diplomáticas alemanas que descartaron que España precise de ayuda para salir de la crisis. Asimismo, según un estudio del servicio de análisis en Europa de Morgan Stanley, España será el país con mejor comportamiento en el Viejo Continente una vez se alivien los temores sobre la deuda soberana y vuelva el crecimiento económico.