Bankia

Cajas y estrés

La Razón
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Se anuncia para hoy la publicación del resultado de los «test de estrés» a los que han sido expuestas las entidades financieras españolas. Una especie de chequeo a fondo de cajas y bancos para transmitir confianza a los mercados diciéndoles que, sometidas unas y otros a riguroso examen, están en perfecto estado de revista y su salud es envidiable. Es lo que vino a decir el otro día la vicepresidenta Salgado, aventurando que todos van a superar los «stress-test». Supongo que es lo que procede oír a tan relevante autoridad, pero haríamos mal si tal evaluación se queda en mera operación de maquillaje. Porque tenemos unos bancos potentes que puntúan muy bien a nivel internacional, siendo el Santander uno de los mejor considerados por los auditores mundiales. Pero el sistema financiero español está excesivamente fraccionado y muchas de nuestras Cajas atraviesan por una situación mejorable. Pese a lo que dicen los balances, en España tanto Bancos como Cajas están técnicamente en pérdidas, que logran transformar en beneficios gracias al impacto de las «genéricas», fondos de reservas de los que unos y otros tiran para aparentar que ganan dinero. El problema es que en un año, esas pérdidas pueden ser ya del todo imposibles de acicalar por mucho colorete que se emplee. Un asunto complicado de resolver si la situación económica del país no mejora.Por eso es bueno que los resultados de los test de estrés sean rigurosos. Ahí está la responsabilidad del Banco de España. La entidad que preside MAFO (Miguel Angel Fernández Ordóñez) presiona convenientemente a las Cajas para que hagan sus deberes, suelten lastre y se fusionen las que tienen pérdidas con las que sacan beneficios. Absorciones en toda regla que en no demasiado tiempo derivarán en la creación de otras entidades. La nueva Ley de Cajas contempla la privatización e intenta evitar el excesivo peso en ellas de los políticos. Permitirá también que se transformen en Bancos. En Italia se hizo un proceso similar que duró 25 años. Aquí necesariamente tiene que ser más breve. Lo pide el momento y lo va a exigir el Banco de España. Y hará bien Mafo en evitar dilaciones y acertar más que hasta ahora. Porque particularmente errático fue todo el proceso de CCM, eligiéndose una opción demasiado onerosa para las arcas públicas, que llevan invertidas cifras elevadísimas si se tiene en cuenta que la cantidad que Unicaja pidió en su día por absorber a la manchega no pasaba de los quinientos millones de euros. El «caso Cajasur» no igual. BBK es sin duda una entidad prestigiosa, aunque las medidas que plantea para la absorción de la cordobesa son duras en lo que se refiere a bajas de personal. El Banco de España y el Gobierno han hecho en realidad algo que en otro escenario sería impensable. ¿Se imagina alguien que se adjudique a Cajamadrid una «caixa» catalana? Esto ha sucedido en el caso de Andalucía con Cajasur, y no por ausencia de entidades solventes. Unicaja está entre las mejores del país y hubiera sido lógico que se le concediera CCM o la de la Iglesia, con un coste menor para el Estado.Por eso hay que pedir seriedad con los test de estrés. Sólo faltaba que por querer agradar a todos nos quedemos sin hacer lo principal: sanear un sistema necesitado de una reforma profunda.