Londres

Catalina tira de la tarjeta de su suegro

Se ha gastado 35.000 libras en ropa en lo que va de año

Catalina tira de la tarjeta de su suegro
Catalina tira de la tarjeta de su suegrolarazon

Catalina se ha convertido en la niña mimada de la monarquía británica. Y también del pueblo, al que le parece bien todo lo que hace, dice y, sobre todo, se pone. Porque en ropa parece que la duquesa de Cambridge no escatima. Tan sólo en lo que va de año, ya lleva gastadas 35.000 libras. A pesar de que siempre ha dicho que no quiere convertirse en maniquí de nadie y que la sencillez sería su máxima –eligió un vestido de Zara de 49,99 libras para el día después de su boda–, ahora apuesta por diseños de Jenny Packham y Alexander McQueen. Si se tiene en cuenta que su marido, el príncipe Guillermo, tiene un sueldo como piloto de la Royal Air Force de 44.000 libras al año y ella ya no trabaja en la empresa familiar, ¿de dónde sale el dinero? Según la Prensa británica, todo viene del bolsillo de su suegro, el príncipe Carlos, quien se ofreció más que gustoso a encargarse de su fondo de armario.
La cuentas del heredero se harán públicas esta semana y todo apunta a que el gasto de este año podría ascender a los 11,4 millones de libras. Sin duda, los números se mirarán más que nunca con lupa, ya que si el año pasado la cifra ya se incrementó en 2,5 millones libras, la de éste promete ser aún más escandalosa debido a la boda de Guillermo y Catalina. En tiempos de crisis, podría ser que los británicos se sintieran ofendidos por este derroche de Middleton, pero nada más lejos de la realidad. Stewart Parvin, el modisto favorito de la reina, asegura que las cifras tan sólo son «una gota en el océano» en comparación con todo lo que aporta a la industria de la moda. Y es cierto. El «efecto Kate» resulta imparable. Prenda que luce, prenda que se agota. Así, un traje que eligió la semana pasada valorado en 600 libras desapareció en tan sólo media hora.

Pérdidas millonarias
Por no actuar con rapidez, los joyeros encargados en realizar los pendientes que lució el día de su pedida aseguran que perdieron alrededor de 8,2 millones. Los diseñadores le mandan miles de regalos a palacio, pero la mujer de Guillermo sólo se pone aquellas prendas que paga «de su bolsillo». Claro que no siempre le cogen el cheque. Pasó con Rebecca Tay. Estaba tan orgullosa de ver a la joven con uno de sus vestidos que se negó a cobrárselo. Le bastaba con poner la fotografía en la tienda para hacerse de oro. Por el momento, Catalina no tiene un estilista y según los expertos, no le hace falta porque «posee el don de la elegancia innato y sabe qué llevar para cada ocasión». Además, si el encargado de pagar es el suegro, mejor que mejor.


El regalo de Isabel II
La soberana inglesa no puede negar que Guillermo es su «ojito derecho» y una muestra de ello es la casa de campo que le ha regalado por su 30 cumpleaños. Esta impresionante mansión que se ve en la imagen está ubicada en la finca de Sandringham y es una propiedad que significa mucho para Guillermo y Catalina, ya que fue donde pasaron sus primeras Navidades como marido y mujer. La residencia estará disponible a final de año y no se descarta que la conviertan en su hogar.