Londres

El fármaco que «pone a cero» el reloj biológico

Investigadores de la Universidad de Manchester (Reino Unido), en colaboración con el Consejo de Investigación Médica de Reino Unido (MRC, por sus siglas en ingles) y de la farmacéutica estadounidense Pfizer, han conseguido volver a 'poner a cero' y 'reiniciar' el reloj biológico de un grupo de ratones utilizando dos compuestos en desarrollo de Pfizer.

Estos compuestos, inhibidores de la CK-1 denominados 'PF4800567' y 'PF670462', actúa alterando la actividad de un enzima que fija la velocidad del reloj biológico y podrían ofrecer nuevas claves para tratar desde el 'jet lag' hasta el trastorno bipolar. Este descubrimiento se ha publicado esta semana en 'Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS)'.

Según los autores de este trabajo, a través de esta sustancia, podrían potencialmente restaurar los ritmos de las personas cuyos relojes biológicos están alterados por los horarios de su trabajo o por desórdenes psiquiátricos, como la depresión. Incluso podría tener su utilidad contra problemas metabólicos, como la obesidad.

Según explica el investigador Andrew Loudon, de la Universidad de Manchester, con este estudio han descubierto "que se puede controlar una de las moléculas clave que participan en fijar la rapidez en la que el reloj hace tic-tac y haciéndolo, que podemos realmente comenzar un nuevo ritmo".

"La consecuencia de esto es que, si se tienen pacientes con ritmos severamente alterados -una situación bastante común- este fármaco puede (....) actuar como un potente regulador de la función del reloj orgánico. Puede tratarse del primer fármaco que potencialmente puede hacerlo", indica.

La mayoría de los seres vivos tienen un sistema de coordinación interno, denominado reloj circadiano, más conocido como reloj biológico- que dirige el ritmo de todos los procesos, desde el sueño de los mamíferos hasta el florecimiento de las plantas.

La luz y el ciclo del día y la noche son importantes para reiniciar este reloj, cuyos sutiles ajustes están controlados por la actividad de varias enzimas, entre ellos la denominada caseína quinasa 1 o CK-1.

El equipo de Loudon descubrió que el fármaco experimental de Pfizer, que ralentiza o inhibe la CK-1, les permitió reiniciar este reloj en ratones cuyos ritmos circadianos habían sido frenados previamente.

Anteriores estudios científicos habían demostrado la existencia de vínculos entre los trabajos con horarios irregulares, como los turnos de noche, y una mayor probabilidad de desarrollar diabetes, enfermedades cardiovasculares y obesidad. Además, la interrupción del sueño está también asociada a enfermedades mentales, como la depresión o el trastorno bipolar.

Según Michel Goedert, de la división neurobiológica del laboratorio de Biología Molecular del MRC, "en próximos estudios en humanos se tratará de confirmar lo que se ha demostrado en ratones, lo que podría llevar a diseñar una nueva aproximación global para tratar la enfermedad mental".

El científico de Pfizer Travis Wager, que ha trabajado con Loudon en este trabajo, asegura que su compañía planea desarrollar un inhibidor de la CK-1 para probarlo en humanos y que, en la actualidad, están seleccionando a los candidatos más adecuados. Según dice, se podrían tardar alrededor de tres años en llegar a ensayos clínicos y varios años más para aprobar su venta en el mercado.