Desahucio

El PSOE rechazó la dación cuando gobernaba y exige ahora que «nadie se quede sin casa»

La Razón
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Madrid- «Ahora tratamos de salir al paso de los errores que cometimos cuando gobernamos», confesó ayer Rubalcaba. A un día de que se celebre la reunión técnica para revisar la legislación hipotecaria con el Gobierno, el líder del PSOE hizo oposición y adelantó sus propuestas para frenar la «avalancha» de desahucios: tratarlos como las quiebras de las empresas y permitir a las familias sin solvencia económica negociar procesos concursales con los bancos.

Los errores a los que se refirió ayer Rubalcaba son precisamente que durante al etapa de gobierno socialista, y con él mismo de vicepresidente, Izquierda Unida y ERC propusieron la alternativa de aplicar la dación en pago –la entrega de la casa al banco para saldar la hipoteca–, pero fue denegada por el PSOE por la posibilidad de que perjudicara la estabilidad financiera. Zapatero, durante la sesión de control del 29 de marzo del pasado año, zanjó la cuestión proponiendo, en vez de la dación en pago, una serie de propuestas que permitieran «mantener la sostenibilidad del sistema financiero». Es decir, que la entrega de la casa para saldar la hipoteca suponía un riesgo para esa sostenibilidad.

Pero ayer, el que fuera vicepresidente del Gobierno cuando Zapatero pronunció ese discurso, sí aportó una propuesta: «Cuando una empresa quiebra hay una serie de mecanismos jurídicos para que ello no suponga el cierre de la empresa y despidos. Lo mismo debería pasar con las hipotecas», apostilló, porque el objetivo es que «nadie se quede sin casa». Además, remarcó que su partido lleva trabajando en el proyecto durante «ocho meses». Dicho mecanismo se presenta como alternativa a las tasaciones que se realizan al conceder la hipoteca y la que posteriormente se plantea cuando el cliente no puede hacer frente a los pagos. Sería obligatorio para los bancos con ayudas públicas. Respecto a los beneficiarios de la reforma de la legislación hipotecaria, serían aquellas personas «de buena fe» que se queden sin trabajo después de haber firmado la hipoteca. Tendría efectos retroactivos porque se dirige a las nuevas hipotecas, a las ya firmadas y a las que estén en ejecución. Dejaría así fuera «a las personas que ya hayan perdido sus casas», aseguró Rubalcaba.