Ahmadineyad el gran derrotado

Los resultados oficiales de las elecciones parlamentarias llevadas a cabo el viernes en Irán aún no han sido publicados, pero la información preliminar que ya circula indica que el campo fiel al presidente Mahmud Ahmadineyad ha perdido fuerza.
Ahmadineyad, considerado por el líder supremo el ayatolá Ali Jamenei como demasiado independiente, y convertido ya desde hace tiempo en un político impopular en Irán, se vislumbra como el gran perdedor, porque su interés era que aliados con su línea logren ganar numerosos escaños e influir así en las elecciones presidenciales del año próximo, aunque él mismo no se puede presentar.
En realidad, el gran problema del presidente es que entre los dos principales bloques que se disputaban el voto de la ciudadanía, el apoyo a Jamenei es firme. Tanto el Frente Unido de Conservadores –que incluye figuras conocidas como el presidente del Parlamento Ali Larijani y el alcalde de Teherán– como el Frente por la Estabilidad de la Revolución Islámica–de posturas mesiánicas– de Mesbah Yazdi, ven en Jamenei a la máxima autoridad.
Tal como se suponía, la televisión oficial iraní destacó que «un alto porcentaje» de la población participó en las elecciones, señalando que no bajó del 67%, aunque informes de agencias internacionales indicaban que la sensación en los colegios electorales era otra.
El ayatolá Makarem Shirazi, considerado uno de los clérigos más importantes del país, emitió un edicto religioso en el que afirmó que no votar equivalía a «un pecado». De lo que nadie habló abiertamente por ahora fue de la posibilidad de fraude, pero no es de descartar que el método por el cual Ahmadineyad resultó reelegido en 2009 –la falsificación de resultados– sea el que lo debilite esta vez considerablemente a él.