Sevilla

Juan José Imbroda presidenta de Melilla: «Necesitamos alternativas no depender sólo de la frontera»

El presidente de la ciudad autónoma de Melilla aboga por paliar con inversiones y nuevos proyectos la alta dependencia del comercio, que deja a la región «al albur del Gobierno marroquí» 

Juan José Imbroda, presidenta de Melilla
Juan José Imbroda, presidenta de Melillalarazon

"El sector terciario representa el 85% en Melilla; somos demasiado dependientes del comercio en la frontera y estamos al albur de que el Gobierno marroquí quiera crearnos problemas cerrando la frontera».

Juan José Imbroda, presidente de la ciudad autónoma de Melilla, lanzó un mensaje de atención a las autoridades nacionales en el encuentro que tuvo lugar en el hotel Abba Triana, dentro del ciclo de LA RAZÓN «Los ayuntamientos a debate».

Así, urge «proveerse de alternativas económicas y no sólo depender del monocultivo del comercio; nos tienen que dar la ‘caña de pescar' para poder ser sostenibles, usando una palabra que tanto le gusta a Zapatero». Acompañado de destacados líderes del PP en Andalucía y Sevilla, Imbroda reclamó «sensibilidad» al Gobierno central en cuestiones como el desarrollo y potenciación del puerto o un mayor gasto en educación y empleo, que palíe la alta tasa de fracaso escolar (42 por ciento frente al 30 nacional) y el elevado paro juvenil, que alcanza el 25 por ciento. Lejos de este escenario, Melilla lamenta la caída del 36 por ciento en las partidas presupuestarias del Estado.

Relaciones hispano-marroquíes
Como no podía ser de otra manera, Imbroda analizó las relaciones hispano-marroquíes: «El Gobierno de Marruecos nos ningunea y no quiere aceptar la soberanía española sobre Ceuta y Melilla», dijo. Igualmente, se mostró favorable a la colaboración, «que siempre ha sido intensa con nuestro entorno», pero con condiciones: «Queremos ser amigos y ayudarles a tope, pero pedimos lealtad al cincuenta por ciento para cada uno».

Frente a este deseo, se destaca una estrategia de «humillación» por parte de Marruecos, como quedó patente en el terremoto de Alhucemas, donde se rechazó la entrada de bomberos melillenses o en la crisis de las mujeres policía. La ciudad autónoma no se sintió respaldada en aquella tesitura. Su presidente lo explicó: «La política exterior de España ha sido muy débil, con hasta catorce notas diplomáticas en junio por parte del Gobierno marroquí, sin que el Estado reaccionara».

Pese a todo, Imbroda negó la posibilidad de ataques o graves crisis de vecindad en el futuro y apuntó al Sáhara como la gran preocupación del reino alauita: «Quieren adhesiones inquebrantables con el Sáhara; si allí pasara algo sería una hecatombe para el monarca».

En una posición estratégica, Melilla defiende sin medias tintas su españolidad. El presidente saludó la llegada del Toro de Osborne a su territorio, «un pedazo de toro enorme, que se va a ver desde toda Melilla y parte de Marruecos; es una simbología de lo nuestro que tenía que estar aquí». Imbroda recordó que, desde 1497, Melilla «siempre ha dependido del poder político de enfrente», sin que con anterioridad se adscribiese a otra soberanía y en circunstancias muy distintas a Gibraltar, con la que se suele comparar: «Nunca hemos sido una colonia».

Asimismo, el invitado destacó que «las fronteras no siempre las marca la geografía», como es el caso de la división peninsular entre España y Portugal o Turquía, a caballo entre dos continentes. Además, este entorno ha sido un claro dinamizador económico de esta zona del Magreb, tradicionalmente abandonada por Hassan II y más reforzada por su hijo, Mohamed VI. Melilla tiene doce veces más renta per cápita que su entorno y genera 500 millones de negocio en la zona, del que se nutren 100.000 personas. Hasta 5.000 marroquíes están dados de alta en Melilla para trabajar a diario y se benefician de asistencia hospitalaria. El 20 por ciento de las exportaciones de España son a Marruecos. De Marruecos se trae la verdura fresca, los áridos, el pescado y el ladrillo.

Buena vecindad entre credos

El presidente hizo hincapié en la buena vecindad entre los distintos credos que cohabitan en Melilla, donde un 33 por ciento es de origen bereber, un dos por ciento hebreo y el resto cristiano. «Existen unas relaciones magníficas entre las tres culturas». Imbroda agradeció las muestras de apoyo de todos estos colectivos y recordó que «tengo una medalla de los sefardíes y una distinción nacional de la federación de musulmanes de España». El respeto a las tradiciones pasa por la plena aceptación del velo islámico, «aunque estamos totalmente en contra de los velos que suponen la invisibilidad de la mujer». Esta ciudad abierta y tolerante, «de gente que quiere trabajar, vivir bien y que se siente española», recibió en noviembre de 2007 con honores, ilusión y jolgorio a los Reyes. «Aquello fue un gesto patriótico que les honra», señaló.

Por último, el ponente destacó las estrechas relaciones históricas de Ceuta y Melilla con Andalucía y lamentó que ambas ciudades no se incorporaran a la comunidad autónoma «porque al PSOE no le interesaba, ya que en Ceuta y Melilla gobernaba la UCD». «Lo natural e histórico hubiera sido que fuésemos Andalucía, pero los socialistas dijeron que no querían cargar con ese peso». Imbroda invitó a visitar la ciudad, «la segunda en importancia en cuanto a edificios modernistas en España y una de las principales de Europa».

ENRIQUE MIGUEL RODRÍGUEZ
Director de Relaciones Institucionales de LA RAZÓN de Sevilla

¿Preocupan en Melilla, a nivel de calle, las revueltas en el Magreb?
–La gente está super tranquila, aunque sí nos preocupa la inestabilidad. Creo que a Mohamed VI se le debe ayudar porque Marruecos es el país más pegado a Occidente. Ayudarle, pero también exigirle democracia.

PEPE Fernández
Director de Onda Cero en Andalucía

¿El futuro de Melilla pasa por incorporarse a la comunidad autónoma andaluza?
–Fue un disparate rechazar esa histórica relación de Ceuta y Melilla con Andalucía en la autonomía de ésta. Yo ahora propongo relaciones superiores entre ambos. No pido dinero, sólo más relaciones.

SANTIAGO TALAYA
Editor de Informativos de Onda Cero

¿Qué pensó de la Alianza de Civilizaciones impulsada por el presidente Zapatero?
–Aquello fue un invento de los años del buenismo y el talante. Lo primero que hizo Zapatero fue nombrar presidente a Máximo Cajal, que dice que Melilla y Ceuta son marroquíes. Sólo ha servido para gastar dinero.