Madrid- «¿Quién dice que no me llevé los puntos?», bromeaba Falcao después del encuentro ante el Valencia en su cuenta de Twitter. «Heridas de guerra, gajes del oficio. A seguir adelante», añadía. El colombiano apareció ayer en Madrid con un apósito en la frente para tapar la herida que le dejaron los tacos de Soldado. Pero Falcao no se queja.

El «Tigre» es el símbolo del Atlético de Simeone. Y no sólo por su juego y por sus goles. También por su actitud. El colombiano no se quejó de la dureza de los centrales valencianistas, tampoco de los dos penaltis sufridos. Cada vez que intentaba rematar un córner, le agarraba algún rival. Pero no hay excusas. Es otro de los pasos que ha conseguido dar Simeone en el Atlético. Ya no es el «Pupas», ya no se recrea en las derrotas con disculpas interminables. Ahora pierde, pocas veces, y sigue mirando hacia delante.

El «Cholo» sirve de ejemplo para sus futbolistas. «Mis jugadores han hecho un gran partido, lo han dado todo y cuando un equipo da todo se puede ganar o perder, pero uno se va con la cabeza tranquila», dijo después de la derrota en Mestalla. Y sus futbolistas insistieron en la idea. «Seguimos peleando por estar arriba. Esto no va a frenar nada. Nos ha faltado acierto en algunos momentos, pero seguimos en la lucha», comentó Juanfran nada más acabar el encuentro. «Teníamos que haber sido más ambiciosos, pero el equipo está trabajando bien y hay que seguir adelante», añadía Gabi.

La idea de Simeone de que «hay que ir partido a partido» va más allá del tópico en este Atlético. Los futbolistas son conscientes de que sólo jugando con toda la intensidad posible en cada encuentro podrán estar al final del campeonato en los primeros puestos. De momento, sigue segundo, a tres puntos del Barcelona y con cinco de ventaja sobre el Real Madrid. Una posición en la que hace un año ni siquiera se atrevía a pensar. El «Pupas» ya no existe.