Sanidad y crisis por Ana PASTOR

El debate sobre los sistemas de salud no se ha interrumpido desde los años 90. Pero cunde la sensación de que la discusión discurre por caminos trillados que no conducen a un nuevo concepto de sistema sanitario reformado a la altura de los nuevos retos. Son discursos en los que sigue presente la retórica ideológica y no los problemas organizativos, profesionales o económicos: son los eternos debates de los modelos de gestión, de la centralización frente a la autonomía de las organizaciones o de la necesidad ilimitada de recursos financieros. Estos discursos no han servido para identificar las claves de la reforma del sistema.La crisis económica y también social a la que nos ha conducido la política del Gobierno socialista hace ineludible planificar nuestros recursos, priorizar necesidades, evaluar resultados y gestionar con eficiencia sin afectar a los grandes principios de nuestro sistema sanitario que no son otros que su carácter público, universal, cohesionado, equitativo y de calidad. El Sistema Nacional de Salud tiene una infradotación financiera, las CCAA tienen un déficit acumulado de doce mil millones de euros y con facturas sin pagar cuya antigüedad supera en algunos casos el año. Llevamos seis años perdidos. Las medidas anunciadas por el Gobierno esta semana decididas unilateralmente, que afectan o bien a la sostenibilidad de sectores fundamentales del sistema como es el caso de la innovación farmacéutica o la reducción del salario a todos los profesionales sanitarios no resuelven el problema de sostenibilidad, ni abordan reformas estructurales, antes al contrario, son coyunturales y afectan al núcleo esencial de la Sanidad que no es otro que los profesionales y la innovación. Se hace imprescindible y urgente un gran pacto de Estado por la Sanidad para que entre todos se aborde la sostenibilidad y la suficiencia del sistema sanitario porque así es demandado por la sociedad, y por los profesionales sanitarios … Por todos. La crisis exige un Pacto de Estado.