Educación

«Si hay pocas plazas aunque saque un 10 me quedo fuera»

La Razón
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Miles de personas en España esperan con ansia e incertidumbre a que se convoquen oposiciones de Magisterio para poder optar a un puesto fijo en la educación pública. La cancelación por parte de varias comunidades autónomas –Madrid finalmente sí las convocará, si bien es una incógnita el número de puestos ofertados– ha dado al traste con las esperanzas de muchos opositores, que llevan tiempo preparándose para las pruebas y que ven ahora cómo su futuro se torna incierto ante las restricciones impuestas por el Ministerio de Educación.

Éste es el caso de Patricia, madrileña de 23 años, diplomada en Magisterio de Educación Infantil, que lleva más de un año estudiando para optar a una de las 2.200 plazas prometidas por la Comunidad de Madrid, y que están ahora mismo en el aire.


Pérdida de tiempo y dinero
«No hay derecho a que a cuatro meses de las oposiciones nos digan ahora que no se van a convocar», se queja, en alusión a las miles de personas que han invertido su tiempo y su dinero en la preparación de unas pruebas que puede que no se celebren. A pesar de que la Comunidad de Madrid ha dado marcha atrás en su intención de no convocar plazas, esta decisión no convence ni mucho menos a los opositores, que temen que el número de plazas ofertadas se sitúe próximo a los 380 puestos, en línea con las restricciones que plantea el Gobierno. «Si convocan tan pocas plazas, aunque sacase un diez me quedaría fuera, pues sólo habría sitio para los interinos», denuncia Gema, que lleva estudiando desde 2005. Ambas están pagando una academia para mejorar su preparación y tener más opciones, dinero que podría «irse a la basura» en caso de que se retrasen las pruebas, pues es más que probable que el temario cambie de cara a la próxima convocatoria. «Si no hay oposiciones, todo el dinero y el tiempo que llevo invertido no habrá servido de nada», afirma Patricia, desilusionada ante la perspectiva de tener que esperar hasta 2012 como mínimo para luchar por un puesto en la educación pública. Por su parte, Gema señala que es posible que tire la toalla en tal caso. «Para perder tiempo y dinero tengo que pensar si quiero seguir intentándolo».