Oviedo

Los niños que respiran por la boca pueden tener problemas dentales y faciales

Los niños que respiran por la boca por dificultades respiratorias en las vías altas corren el riesgo de desarrollar problemas dentales y faciales, según expertos de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, que celebra su 63 congreso en Oviedo.

La respiración oral en niños puede afectar al desarrollo maxilofacial, según el doctor Enrique Fernández Julián, presidente de la Comisión de Roncopatía y Trastornos del Sueño de la sociedad. "La respiración debe ser predominantemente por la nariz, ya que el estímulo respiratorio nasal influye en el desarrollo maxilofacial", advierte este experto. Algunos niños sufren durante la noche disminución del aire o incluso el llamado síndrome de apnea del sueño.


Un estudio del Hospital General de Cataluña, que se presenta en el congreso, revela que "los niños con trastornos respiratorios del sueño sufren alteraciones en el desarrollo dental y facial condicionadas por la obstrucción de la vía aérea superior".


Estas alteraciones son "crecimiento vertical de la cara, paladar estrecho y oclusión dentaria (mordida cruzada)". Para el coordinador del estudio, el doctor Eduard Esteller, "son los típicos niños de cara alargada e incisivos inclinados hacia adelante, ya que el arco ojival de la dentadura carece de espacio para albergar los dientes".


Por otro lado estas alteraciones provocan un círculo vicioso ya que a su vez empeora la apnea del sueño. A su juicio es importante la implicación de los pediatras para detectar estas anomalías faciales como un posible síntoma de apnea del sueño y derivarlo al otorrino.
Los hijos de padres con mandíbula retraída tienen más riesgo de sufrir estas alteraciones y si estos trastornos no se tratan el niño puede desarrollar síndrome de apnea del sueño y necesitar ortodoncia además de afectar a la estética de la cara, según el doctor Fernández Julián. Cuando el niño es menor de cinco años no es necesaria la cirugía, señala este experto, ya que se pueden utilizar aparatos que ensanchan el paladar pero a partir de esa edad se requiere una intervención.


El ronquido es uno de los síntomas del síndrome de la apnea del sueño y a veces el hilo conductor que hace sospecharlo, añade el doctor Fernández Julián. En los adultos, cuando es leve y no existe ni sintomatología no patología asociada, los especialistas coinciden en señalar que no requiere necesariamente tratamiento.


En los leves y moderados, con sintomatología o patología asociada, se puede instaurar un tratamiento que puede ser quirúrgico o con prótesis. Este último consiste en la utilización solo por las noches de un dispositivo que avanza la mandíbula con respecto al maxilar para mejorar la permeabilidad de la vía aérea superior. En los casos severos el tratamiento de primera línea es la aplicación de una presión positiva en la vía aérea superior.


Por otro lado, los dispositivos en forma de líquidos, sprays o tiritas que se dispensan en las farmacias para evitar los ronquidos son a juicio del doctor Fernández Julián "de escasa u nula utilidad".