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Tokio

Japón teme una nueva explosión en la central nuclear de Fukushima

El Gobierno de Japón advirtió hoy del riesgo de una nueva explosión similar a la de ayer en la planta nuclear de Fukushima (noreste del país), aunque insistió en que no espera que dañe a ningún reactor.

Central nuclear de Fukushima
Central nuclear de Fukushimalarazon

En rueda de prensa, el ministro portavoz, Yukio Edano, indicó que el reactor número 3 de la planta sufre problemas en su sistema de refrigeración y que, aunque parte de su núcleo podría "deformarse", eso no equivale a una "fusión".

Edano consideró posible que se produzca una explosión en el recipiente de contención secundario del reactor 3 debido a una acumulación de hidrógeno, como ocurrió ayer en el reactor 1, pero insistió en que lo previsible es que no cause daños graves.

También aseguró que una eventual explosión no conllevaría nuevas evacuaciones, tras el traslado a otros lugares de 180.000 residentes en un radio de 20 kilómetros en torno a la central nuclear.

Sobre las informaciones acerca de un posible proceso de fusión en el núcleo de un reactor, Edano hizo hincapié que no hay "ningún dato"que confirme que se ha producido esa fusión, aunque admitió una posible "deformación"de una parte del núcleo debido a un sobrecalentamiento.

Recalcó, no obstante, en que ambos son casos diferentes y es necesario ser "muy cuidadosos"con la terminología, ya que una deformación del núcleo no equivale a una fusión.

En el primer caso, el proceso implicaría la posible liberación de una cantidad muy elevada de radiación.

El portavoz del Gobierno dijo que el nivel de radiactividad que desprendía la central de Fukushima llegó a superar en un punto el límite permitido de 500 microsievert hasta alcanzar los 1.557 microsievert a las 13.52 hora local (04.52 GMT), pero 50 minutos después se había reducido a 184 microsievert.

El nivel actual "no es dañino para la salud", insistió Edano, que equiparó el nivel máximo de radiactividad emitido por la central con tres radiografías de estómago.

Según la agencia local Kyodo, pese a las evacuaciones masivas al menos 22 personas se han visto expuestas a la radiactividad.

En Fukushima los esfuerzos se centran en tratar de reducir la temperatura de seis reactores de las plantas nucleares 1 y 2, cuyos sistemas de refrigeración quedaron dañados por el seísmo.

Para ello se está utilizando agua marina y ácido bórico, por lo que según los expertos será muy difícil que los reactores afectados puedan seguir utilizándose en un futuro, dijo el portavoz

Una fusión nuclear es un fallo catastrófico en el núcleo del reactor, con un potencial para la liberación de radiación. pese a que Bannai ha asegurado que los ingenieros no han conseguido acercarse lo suficiente al núcleo como para ver lo que está ocurriendo, basó sus conclusiones en los niveles de radiación registrados en el aire.

Fallos de refrigeración

La explosión registrada ayer en la central nuclear de Fukushima se produjo cuando varios empleados trataban de enfriar uno de los seis reactores nucleares de la planta, cuyo sistema de refrigeración, sin energía eléctrica por la avería de los generadores de emergencia, había quedado fuera de servicio. Poco después de las doce de la noche, hora española, se confirmaba el fallo del sistema de refrigeración de otro de los reactores de la central.

El edificio de contención que alberga el contenedor de acero del reactor se vino abajo con el estallido, que dejó una enorme columna de humo visible a decenas de kilómetros durante varias horas. Tras unos primeros momentos de terrible incertidumbre por el temor a que hubiera estallado el propio reactor nuclear, el Gobierno aseguró que la explosión se había producido fuera, por una reacción química de oxígeno e hidrógeno, y que el blindaje del reactor había aguantado bien.

Cuatro heridos

Cuatro trabajadores de la planta resultaron heridos graves, según los responsables de la central, que este año cumplió cuatro décadas y que podría operar otros diez años. La falta de energía, que paralizó el mecanismo de refrigeración de la planta, la cual cuenta con seis reactores de vapor de agua, hizo que los niveles de radiactividad fueran hasta mil veces superiores a lo habitual, obligando a decretar el estado de emergencia, tanto en esta planta, como en otra vecina, la número 2 de Fukushima, también sin suministro eléctrico.

Para rebajar temperatura en ambos reactores, el Gobierno nipón autorizó, por primera vez en su historia, que se abrieran de forma controlada las válvulas de los reactores, liberando vapor de agua con sustancias radiactivas. El primer ministro, Naoto Kan, admitió que la operación liberó cantidades de radiación «mínimas». Ayer, se preparaban dosis de yodo, que protege de los efectos de la contaminación, para repartirlos entre la población.

Sin embargo, la Agencia de Seguridad Nuclear japonesa informó de que el número de personas expuestas a la radiación tras la explosión registrada podría ser de entre 70 y 160, según sus estimaciones. Hasta ahora, sólo se han confirmado nueve casos de exposición a la radiación tras las pruebas realizadas por las autoridades.