Castilla y León

Aguas bravas para revitalizar las zonas mineras de Sabero y Cistierna

El proyecto de Crémenes y Sabero avanza, y estará a pleno rendimiento en 2013

Afluente del Duero, el río Esla, a su paso por la provincia de León, es escenario cada año de diversas competiciones deportivas de piragüismo. Y un buen lugar para los amantes del deporte de aventura
Afluente del Duero, el río Esla, a su paso por la provincia de León, es escenario cada año de diversas competiciones deportivas de piragüismo. Y un buen lugar para los amantes del deporte de aventuralarazon

León- En plena crisis del sector del carbón, más cerca que nunca de su desaparición, las comarcas mineras leonesas de Sabero y Cistierna tienen en marcha un ambicioso proyecto que tiene al turismo fluvial en el río Esla, en general, y al piragüismo y las aguas bravas, en particular, como piedra angular para estimular la economía de una zona con parajes naturales excepcionales y de una gran belleza, en el límite de la parte leonesa de Picos de Europa, e ideales para todos los amantes de la naturaleza y de las actividades de deportivas y de aventura.

El proyecto «Aguas bravas» es una vieja aspiración de los habitantes de estas comarcas, que surgía hace ya más de diez años, pero que ahora está más cerca de convertirse en realidad, gracias a la firme apuesta de la Consejería de Cultura y Turismo de Castilla y León, que ha reflotado un proyecto que no terminaba de salir adelante por la falta de iniciativa de los distintos gobiernos locales y por la ausencia de recursos.

El departamento que dirige Alicia García tiene claro que el turismo es un sector que da enormes posibilidades de negocio a Castilla y León, y por ello ha invertido 600.000 euros para la construcción de un área de descanso entre las localidades leonesas de Crémenes y Sabero, que es la primera fase de este ilusionante proyecto, cuyas obras comenzaban en febrero de este año y que, si todo sale en tiempo y forma, podrá estar a pleno rendimiento a principios del próximo año. Un proyecto que contempla, también, un edificio en Sabero para recibir a los visitantes y dos embarcaderos, uno al inicio del trayecto, en Crémenes, y otro el final, en la playa de Sabero. Entre medias, catorce kilómetros de descenso vertiginoso en el que los piagüistas se beneficiarán de una corriente espectacular. El trayecto estará preparado también par acoger pruebas deportivas de gran calado, ya que se colocarán obstáculos durante el descenso y se adecuarán varias zonas del recorrido para el disfrute del público. Un proyecto necesario para captar turistas y que está llamado a revitalizar la economía de esta zona, pero que no acaba ahí, ya que en una segunda fase, todavía en el aire por su elevado coste (dos millones de euros) y porque depende de fondos europeos, se pretende construir en Cistierna un estadio de aguas bravas con todos los servicios esenciales para la práctica de este deporte, como un embarcadero, un parque urbano, un edificio de piraguas, e incluso la propia remodelación del río Esla.