De qué hablamos

He oído por ahí que Artur Mas se queja porque el debate público no se centra en la realidad económica y social.
¡Si quiere conseguirlo lo tiene difícil! Tanto dentro, como fuera de su coalición.
Dentro, porque después de más de siete años disputándole el espacio independentista a ERC, ahora, ni puede dejar esa presa ni el entorno que ha creado quiere. Tampoco él se ayuda mucho con sus declaraciones. Si dice que el Estatut ya no sirve, que hay que ir un concierto económico, que en el 2012 hará un referéndum, entonces que no se extrañe que no hable de lo otro. Sería diferente si hiciera propuestas para abordar la crisis y sus consecuencias, pero no se le conocen.
Y desde fuera tampoco, porque ni los tam-tam centralistas paran resonar ni la diáspora independentista (ERC, Carretero, Laporta) calla, manteniendo abierto el debate entre separatistas y separadores.
En CiU saben que en ese debate ellos están en un extremo y su principal adversario, el PSC, en el centro. Eso les hace temer la pérdida de electores catalanistas moderados, de ahí las prisas. No obstante, cuando sale el tema de los cambios habidos –y por haber– en infraestructuras, salud, educación, servicios o seguridad pública, su respuesta consiste en descalificar el mensaje.
Entonces ¿de qué hablamos?