Murcia

La madre de todas las quinielas se conocerá con los nuevos gobiernos

La Razón
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Qué duro es esto de las elecciones, y no sólo para los políticos. Ayer hablaba en esta misma página de las famosas quinielas que corren por Murcia sobre quién se cae y quién sube en las próximas elecciones del 22-M. La incógnita parece despejarse a medida que pasan las horas, tanto en lo concerniente a los ayuntamientos de la Región como en la lista de parlamentarios que se sentarán en la Asamblea de Cartagena los próximos cuatro años, si el tiempo no lo impide, como reza el cartel taurino. Ya conocemos algo de lo que se mueve, que no es mucho, pero menos da una piedra. Sabemos de las bajas municipales o de aquellas carteras que Miguel Ángel Cámara se lleva a otras manos, así como también sabemos de algunas incorporaciones para la lista regional. En ambos casos nada nuevo bajo el sol, pues lo de Guillamón y Bernal se conocía desde el pasado otoño, y lo de Navarrete y Tomás, aunque por nuevo no deja de sorprender, pues también se venía hablando de algo parecido. ¿Perfil económico? Claro que sí. ¿Perfil de refuerzo en infraestructuras? Claro que sí. ¿Renovación de caras para determinadas materias municipales? También. Lo dicho, nada nuevo bajo el sol. En cualquier caso, por llamativo resultan serlo mucho más los cambios en el Ayuntamiento que no en el Parlamento regional. Cae la teniente de alcalde, Pilar Megía, y hombres de confianza como Porto, Berberena y Cervantes. También retrocede María Isabel Valcárcel, titular de Turismo y una histórica del Ayuntamiento, y Fátima Barnuevo, responsable de Cultura hasta ayer mismo, mientras se mantienen Cachá, Sánchez y Pelegrín. Como sucede en la Asamblea, la lista municipal no es para tirar cohetes. Más de lo mismo, es decir, cambios que apenas modifican las estructuras vigentes en La Glorieta y San Esteban. Pero unos cambios para dar la sensación de que algo se cambia. Evidentemente, no se puede hablar de modificaciones profundas, de reestructuraciones de calado, sino más bien de una mano de cal para quitarle la suciedad de la lluvia del invierno. Otra cosa serán los nuevos gobiernos que surjan de estas listas, y ahí es donde está la madre de todas las quinielas, porque la que se nos viene encima tras el 22-M no tiene nombre y los políticos deberán emplearse para confeccionar ejecutivas que logren la confianza ciudadana y hagan cumplir con los objetivos previstos, que no son otros que reducir el déficit para lograr el endeudamiento que nos permita cruzar esta larga travesía del desierto. Para ese momento no hay guión alguno, pues de lo único que se habla es de reestructurar al gobierno local y regional con el fin de ahorrar en gasto y buscar mayor operatividad en los diferentes departamentos. Pero todo eso está por venir y por ver. De lógica cartesiana es que las nuevas incorporaciones hayan sido pensadas y diseñadas con esos objetivos y bajo esos parámetros, porque de no ser así, estaríamos en el absurdo de un simple y vacuo más de lo mismo. Como no creo que nuestros líderes trabajen en el «cortoplazismo», es de buena gente darles el voto de confianza hasta que se demuestre lo contrario.