Yo estuve en la Monumental por Jose María Fuster Fabra

Si alguien no lo remedia, un día cuando Maribel, Pepe e Irene sean mayores de edad tendremos que subirnos al coche. Probablemente, vayamos con Moncho, Ana y sus hijos Álvaro y Jacobo y lo haremos para recorrer centenares de kilómetros, cruzar los Pirineos y acercarnos a Nimes a ver una corrida de toros.

Por el camino, a través de las montañas, le explicaré a mis hijos que yo estuve en la Monumental el 25 de septiembre de 2011 y allí, en la plaza, vi como «Dudalegre» era el último animal en Cataluña con derecho a morir de frente, luchando y cómo lo hizo ante un torero catalán llamado Serafín Marín.

Les explicaré que hay quienes no sólo prefieren a los cerdos y a las ovejas, que van al matadero sin derecho alguno a poder defenderse, sino que escondidos en la hipocresía, sí que les parece lícito encender las astas de una vaquilla a quienes todos marean, pero que, en cambio, no permitieron que en uso de nuestra libertad pudiéramos ir por la tarde a los toros a la Monumental de Barcelona.

Les explicaré que un día de otoño del año 2011 contemplé un ballet protagonizado por José Tomas y el animal más bravo que existe y que al final de un soberbio espectáculo fue indultado.
Les contaré que hubo un tiempo en que Cataluña había libertad, y que libertad es lo que gritamos aquella tarde de septiembre.